domingo, 18 de julio de 2010

Los gatos, inseparables del escritor, sin relación con el mal que produjo el deceso


Rechazan especialistas vínculo causal entre las mascotas y la fibrosis pulmonar


En 2008, su amor a estos animales lo llevó a cofundar una asociación civil para protegerlos

Mónica Mateos-Vega

Periódico La Jornada
Domingo 20 de junio de 2010, p. 15
No existe causa-efecto entre la convivencia con gatos y la fibrosis pulmonar que durante los últimos meses padeció el escritor Carlos Monsiváis, explica la neumóloga Mayra Mejía.

La especialista de Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) y miembro de la Sociedad Mexicana de Neumología y Cirugía de Tórax AC, en entrevista con La Jornada, afirma que aunque hasta el momento se desconocen los factores precisos que provocan fibrosis pulmonar, “estadísticas realizadas en Estados Unidos indican que la enfermedad está asociada, principalmente, con el envejecimiento”.

La afección ocasiona que los pulmones cicatricen y se tornen rígidos, lo cual dificulta cada vez más la respiración. El mal es progresivo y no existe un tratamiento específico. El autor de Días de guardar fue diagnosticado con fibrosis pulmonar “idiopática”, lo que significa que no se identifica con una causa concreta.

Mejía detalla que también existen teorías que vinculan el padecimiento con un acortamiento de determinados cromosomas, pero, en definitiva, el contacto prolongado con animales –como los gatos– “no tiene nada que ver con este tipo de fibrosis”, y si a veces se recomienda a los pacientes que no tengan mucha convivencia con sus mascotas “es sólo para evitar que las molestias que se presentan, como la tos, se incrementen”.

Hasta el último día que estuvo en su casa, antes de ingresar al hospital, Monsiváis defendió el gusto por convivir con sus gatos –casi 20–, sus compañeros inseparables, sobre todo a la hora de escribir.

Los médicos confirmaron que la enfermedad del escritor no tuvo nada que ver con las mascotas. Incluso cuando a veces tenía que pasar algunas horas al día conectado a un tanque de oxígeno, se rodeaba de ellas, principalmente de la fiel e inseparable Miss Oginia, una gata a la que Monsiváis salvó hace ocho años de la eutanasia.

Monsiváis era el integrante principal de la asociación civil Gatos Olvidados, fundada por iniciativa de Claudia Vázquez Lozano, quien encontró en el ensayista un incondicional y solidario apoyo.

La joven, quien se dedica a rescatar y alimentar felinos callejeros que viven por el Metro Tasqueña, narra que a mediados del año 2008 le envió un correo electrónico a Monsiváis para solicitar su apoyo. Apenas lo recibió, comenta Vázquez, el escritor la sorprendió cuando la llamó: “no me agradezcas; gracias a ti por ayudar a los gatos, ¿en qué puedo colaborar?” Fue entonces cuando comenzó a reunirse con el autor, quien se ofreció para adoptar uno pequeño.

En una charla Claudia le comentó que deseaba crear una asociación, pero apenas contaba con otro amigo. “Monsiváis tomó mi mano y me dijo ‘no se preocupe, ya somos tres’”. Y así fue como constituyeron legalmente el 4 de diciembre de 2009 la asociación civil Gatos Olvidados.

La idea era solicitar al Gobierno del Distrito Federal un predio en donación para ubicar a los poco más de 50 animales sin hogar por los que ve Claudia. Monsiváis tenía ya listo el escrito para entregarlo a Marcelo Ebrard y pedirle, en nombre de Gatos Olvidados, el terreno.


El escritor, con una de sus mascotasFoto Lola Álvarez Bravo
Durante los primeros días de noviembre de 2008, Monsiváis adoptó un gatito blanco con manchas grises, recogido en Tasqueña por Claudia. Él le había pedido uno pequeño, para que lo obedeciera, pues los otros “se burlan de mí”, le confesó el escritor.

En cuanto tuvo en sus brazos al pequeño, lo acarició y lo bautizó Catástrofe. Luego lo llevó al pasillo lleno de platitos de plástico de colores y le sirvió comida en uno.

“Don Carlos era muy cariñoso con sus gatos, a todos los llamaba por su nombre, con tal amor, como si fueran más que hijos. Me sorprendió ver en su estudio –en todo ese mundo de libros que lo rodeaba– dos cilindros forrados de alfombra, en un lugar especial: los gatos tenían un espacio importante en medio de la actividad principal de Monsiváis que era escribir.”

Pero Catástrofe resultó muy latoso. En una visita al también periodista, Claudia pudo comprobarlo. El pequeño felino corría de aquí para allá como loco: “parece que nunca ha comido; a todos los quita de los platos. Tenga cuidado, es un salvaje”, decía el narrador.

Mientras Monsiváis contaba a Vázquez acerca de las travesuras de Catástofe “se le quedó mirando, cerca del ventanal, y casi en un suspiro, y sin distraer la vista del animalito, dijo: ‘¡cómo me hace feliz ese gatito! Es mi alegría’.”

El autor de Apocalipstick, recuerda Claudia, trabajó arduamente como parte de la asociación Gatos Olvidados. “En una ocasión le hablé del caso de una gata a la que le habían sacado los ojos; teníamos que levantar una denuncia. Él me decía ‘dígame a quién tengo que hablarle y qué hay que decir’.

“Sin mayor trámite lo hacía. Llamaba a la Brigada de Vigilancia Animal, grupo de la policía capitalina que se encarga de situaciones de crueldad. Monsiváis hacía la denuncia y siempre estaba pendiente del caso. Compartíamos la angustia por los animales enfermos, pero él era muy optimista; decía ‘no se preocupe, les vamos a conseguir casa’.

“Tres o cuatro meses antes de que ingresara al hospital le manifesté mi preocupación de verlo enfermo. El sonrió y dijo ‘no me voy a morir pronto; además, los gatos están asegurados’. No me decía más”.

Así, con todo y malestares, Carlos Monsiváis se preocupaba primero por atender a sus mascotas. Preguntaba a sus colaboradores si aquella o la otra habían comido. “Metía las manos a las bolsas de croquetas y él mismo les ponía su porción. Desde que lo hospitalizaron –me dijo por teléfono la enfermera que atiende a su tía– los felinos están tristes, esperando a que él llegue y les sirva su alimento. Ese amor era recíproco, ellos le dieron mucha felicidad a Carlos Monsiváis”, concluyó la directora general de Gatos Olvidados.

La asociación prepara una actividad para recaudar fondos. Será un concierto de música medieval con el grupo Ataraxia en el Teatro de la Ciudad, que se realizará en agosto.

Más informes en los correos gattos@gatosolvidados.org y gattos.olvidados@gmail.com.

domingo, 28 de marzo de 2010

La sabiduría del autoengaño

Por: CARLOS MONSIVÁIS

Nada más lógico y, a su modo, más aleccionador, que la estrategia de persuasiones de los más calificados y autocalificados funcionarios del Gobierno Federal. Si hemos de traducir este sistema, describámoslo así y dejémoslo así: "A la sociedad o al pueblo ya no se le convence, ha perdido el don divino de la credulidad, y, o no están informados de nada, o se nutren de Internet, radio, incluso noticieros de televisión, celulares o twitters. Y los que no, ni se enteran ni les importa, y con dificultad saben el nombre de alguno de nosotros, lo que llamamos aquí analfabetismo onomástico. Entonces, ¿a quién persuadir?, pues a los más enterados, a los más competentes, a los que rigen los destinos de la nación, nos referimos naturalmente a nosotros mismos. De esta manera nuestra estrategia mediática y nuestras redes sociales se dirigen a ese objetivo maravilloso: convencernos a nosotros mismos. Si logramos eso, lo demás ya no importa. Hablamos para oírnos y, sin broma alguna, la técnica es de una gran profundidad: el que persuade a las élites, persuade a lo más elevado del país. Por eso al autoengaño, como le dicen los resentidos, es la manera más solidaria y eficaz de ir avanzando en el Gobierno".

Desde fuera, el asunto se podría ver distinto: un laberinto de afirmaciones que indignan de forma sistemática, pero efímera, ya que las siguientes expresiones de los poderosos irritan aún más. Influido por esta táctica, me explico para entenderme. No ves que los altos funcionarios (la altura se mide por el salario real, las prestaciones, la importancia que se les concede y el número de fuerzas de seguridad que los acompañan) crean en lo que dicen. Esto sería abusar de su candor. Más bien, el procedimiento va así: el funcionario declara a sabiendas de que nadie le va a creer y en la ruta hacia la decepción con este pueblo ingrato, oye y lee sus propias palabras y queda encantado. ¿Por qué no se le habrían ocurrido a él primero? Luego, al ver las cuantiosamente reproducidas en los noticieros y en los periódicos se anima por completo. Vaya que tengo razón, me lo confirma ese alto funcionario que, por coincidencia, lleva mi nombre. A los críticos no los lee porque eso sería un desgaste visual innecesario.

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No estoy ironizando ni haría falta tratándose de la cadena de acontecimientos interminables y veloces que, cuando no queda otra, nos usa de testigos. Cómo explicarse de otra manera que el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, hable del fuego cruzado en el combate en el Tec de Monterrey y afirme como si a alguien le constara que los estudiantes asesinados habían estado del lado bueno y por ello los habían ultimado los sicarios. No le importa lo realmente ocurrido, el despojo de las identificaciones, el secuestro de los videotapes del Tecnológico, la granada que destrozó a uno de los jóvenes, la imposibilidad de que hubiesen sido los narcos. Todo eso pertenece al reino de lo inconvincente, y esto no lo dice en serio como funcionario del ramo, lo dice y muy en serio como primer oyente y lector de las palabras del secretario de Gobernación. Y luego va rectificando, no por que rechace lo sucedido, sino porque en el laboratorio del autoengaño, que es la primera función gubernamental, se inventó una sección llamada "Desmentidos por si acaso" y allí, en vez de las pruebas de balística que debieron ser lo primero, se acude ahora al cotejo de versiones, aunque la primera es la mejor y es la única. Si por casualidad resulta que los soldados asesinaron a los estudiantes, el secretario dirá: "Siempre dijimos que había culpables".

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Tómese el ejemplo del secretario de Economía, Ernesto Cordero, podría decirse con amargura que es un accidente su profesión de economista, su verdadero oficio es el de ilusionista a la antigua, de ésos de las ferias donde hacía su debut la inocencia infantil. Nada por aquí, nada por allá, no es una crisis lo que están ustedes viendo, señores, señoritas, jóvenes, personas adultas que me hacen favor de seguir mis movimientos y la conducción de la economía, fíjense bien, no le crean a sus sentidos, hijos del mal y la frustración, crean en lo que les digo, no vean lo que ganan, ni los índices del desempleo, ni la quiebra de pequeñas y medianas empresas, ni lo que dice el INEGI sobre febrero de 2010, el peor tiempo de la recesión, ni ninguna de esas vaciladas, no señores, señoritas y demás edades, júntense para no perderse mis palabras, aunque luego las repita igualitas, fíjense lo que les digo, no le den vueltas, la economía se ha recuperado casi todita, es un milagro de los que hacían antes para prestigiar la nueva religión, la economía levita, el Gobierno multiplicó los caudales y los platos de lentejas, fíjense bien, ayer había una catástrofe, hoy el peso camina sobre las aguas.

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El secretario del Trabajo Javier Lozano ofrece con alegría desdichadamente no contagiosa, su proyecto de reforma laboral: "No le den vueltas, sujetos a los que nunca llamaré amigos porque mi puesto no es una tienda de condescendencias. Lo que el Gobierno les ofrece es respetar con puntualidad ciega la Constitución, pero estableciendo leyes aparte para no tocarla y sí modernizarla. ¿Qué prefiere el desempleado: que no lo pongan a prueba un tiempo indeterminado para que si no funciona de acuerdo a los criterios de la empresa lo corran con el salario anterior al mínimo? ¿O tener que trabajar en las calles incorporado a la economía informal que es la que le da la oportunidad al Gobierno para decir que ha creado tantos empleos que ahora se piensa en exhibir desempleados como especie en extinción? A ver, legisladores, sindicatos y frentes auténticos, no se opongan a las bondades de la explotación, opónganse a las iniquidades del comunismo subversivo. Con la reforma laboral que proponemos, y que es la justa porque es la que a nosotros nos convence, se acabarán muchos problemas, para empezar la existencia de problemas, ese invento de los desocupados. Por ejemplo, se acabarán los chistecitos sobre la huelga de Cananea que sólo rima con Jorge Larrea, ya los delincuentes que ocupan las instalaciones lo saben: o se salen de allí o se meten, y no por su propio pie a unos galerones donde no podrán escavar porque no se permiten las fugas. A los del SME que no se les vaya a ocurrir poner diablitos en sus casas porque una infracción del suministro eléctrico será condenada a 30 años sin luz, ya saben: "Si tú no eres represivo, lo que pasa es que a ti no te engañan con pancartas de protesta, tú lees lo que te traen tus asesores, lo estudias cinco minutos y lo firmas convencido de que has hecho lo justo porque de otra manera no serías tú".

Gracias a la estrategia del autoengaño el Gobierno duerme en paz y las instituciones ya no tienen por qué lavar ajeno.

domingo, 21 de marzo de 2010

Un alegato a favor de los subtítulos

Un alegato a favor de los subtítulos
Por: CARLOS MONSIVÁIS

Atiéndase la plegaria de los grandes protagonistas de este melodrama de estafas a la nación, el rezo confusamente cívico de Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México y causante del conflicto donde el PRI y el PAN se alían, se pelean y se denuncian, todo por ese año tan peleonero, 2012. Peña Nieto se sintió en la necesidad de acudir a su carisma para suspender la batalla, los comentarios, los análisis políticos y el mero rumor maligno. Así lo dijo: "No es momento de debates. En este momento de gran crispación política, de gran encono político, de grandes diferencias que se han venido presentando hoy entre partidos y entre actores políticos, entre las distintas fuerzas... Tenemos que mirar más allá de estas diferencias, más allá de estos enconos que no deben entramparnos en un debate que no nos lleva a ningún lado". (Nota de EL UNIVERSAL, 10 de marzo de 2010)

¿Alguien habrá pensado en un sistema de traducción simultánea de lo que dicen los políticos, no de lo que quieren decir, algo que pertenece al insondable reino de la conciencia, sino de lo que dicen? El inventor de este sistema tendría garantizada una clientela amplia y entusiasta. ¿Qué quiso decir Peña Nieto? En primer lugar, quizás aludió (el quizás es inevitable en estos casos) a la contienda y a la crítica numerosa que despertó el pacto gracias al cual, y a cambio del apoyo a la reforma fiscal de Calderón, el PAN se comprometía a no aliarse con nadie en las elecciones de 2011 en el Estado de México. Pero a nada de esto se refieren las palabras de Peña Nieto. ¿De dónde saca el futuro ex presidente (Peña Nieto dixit) su idea del enmudecimiento patriótico? Con que éste no es momento de debates sino de saltarse las diferencias, meter los enconos al refrigerador, extirpar los desacuerdos y aceptar que la patria lo que quiere de sus políticos es una hilera de abrazos, perdóname si te ofendí, compadre/me disculpas, pero es que andábamos todos muy alebrestados por los líos del Cruz Azul/Sí, a todos se nos pasó la mano, pero qué bien hace Enrique Peña en llamarnos a la unanimidad/los mexicanos somos y seguimos siendo una gran nación porque en los momentos de crisis renunciamos al debate.

Al revisar los acontecimientos de la cámara, lo que más llama la atención no es el intercambio de epítetos, ni la transformación de un órgano colegiado en un coro de agresiones, ni la denuncia de los diputados priistas que le adjudicaron a Felipe Calderón el robo de la Presidencia ("¡Espurio!"), ni la diputada panista que le achacó a Enrique Peña Nieto un uxoricidio (ver diccionario), sino la urgencia de subtítulos, la necesidad de subtitular casi todas las intervenciones para que quienes las emiten sepan algo de lo que están diciendo, y los que las oyen o las leen vayan enterándose del contenido de la política en uso. Lean "El documento que garantizaba el apoyo del PRI y la colaboración del PAN en la elección de 2011 en el Edomex, se firmó el 30 de octubre de 2009 y se divulgó el 4 de marzo de 2010: Las partes se obligan a revisar conjuntamente la normatividad jurídica que regula la formación y funcionamiento de las coaliciones electorales y, en su caso, promover las reformas correspondientes, a fin de evitar que dicha figura sea utilizada como instrumento de coyuntura electoral. Al efecto deberán considerar, entre otros, criterios de temporalidad, compatibilidad ideológica (sic) y cobertura territorial mínima".

¿Qué quiere decir el texto de este convenio? Algo tan enredado que las palabras se estrangulan por su cuenta, un caso de suicidio verbal. Y como ya pasó la traducción simultánea, es un derroche de tiempo intentarla, es mejor, como se ha dicho, acudir a los subtítulos. En el caso anterior irían así: "Los contrayentes harán caso omiso de lo que digan las leyes electorales, que para el caso, y por si alguien se molestase, avisar que en la fecha correspondiente se darán las reformas pertinentes para que la crítica insistente se calle por inoperante. Téngase en cuenta que este pacto es nomás por ahorita, en 2012 ya no tendrá sentido ausentarse de las elecciones de 2011. Por lo demás, el pacto ha de durar el tiempo necesario para que Peña Nieto llegue a la Presidencia, el PAN y el PRI se hermanen para la destrucción de las libertades civiles y se demuestre que el Estado de México no ocupa la totalidad del territorio". Se dirá que es mucho texto, pero nadie lee ni los pactos ni las interpretaciones bien intencionadas.

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Hablar para escucharse, y desprender del tono de voz la ideología profesada (los gritos o las voces que abren rumbos en el cielo patrio son compromisos del alma consigo misma). Beatriz Paredes, lideresa histórica del PRI, explica a los diputados de su bancada por qué no informó del acuerdo firmado con César Nava, (nota de Enrique Méndez y Roberto Garduño, La Jornada, 10 de marzo de 2010): "Siempre habrá alguien que quiera manipular con una nota de primera plana o cambiar una nota de ocho columnas. Por eso no les digo nada". Acúdase otra vez a los subtítulos: "Si les digo algo en confianza, les va a dar por el chisme, que es la pasión pública de los políticos (la pasión secreta es negar que fueron ellos los difusores); si les confío algo importante, el que ustedes lo sepan lo convierte de inmediato en algo banal; si le apuesto a su discreción estaré arando en la tierra, acción ya más difícil que arar en el mar. Así que me conformé con no decirles nada, garantizando así que los chismosos serían otros. ¡Ya ven! Los salvé de que les dijeran boquiflojos". Se diluye otra vez enfrentar las consecuencias de un hecho tan patético y tan francamente ilegal. Que la historia, que viene detrás, pague.

¿Para qué se necesitan los subtítulos? Entre otras cosas, para mejorar la relación entre los gobernantes y los gobernados, para evitar que estos últimos digan que no agarran la onda. Recuerden un segundo encuentro de Felipe Calderón con los habitantes de Ciudad Juárez, muy seleccionados y rigurosamente vigilados. A su manera, Calderón desestimó el enfrentamiento (crónica de Mayolo López, Reforma, 18 de febrero de 2010): "La verdad es que yo en mis tiempos también era muy bravo, esto hay que decirlo: entonces uno encuentra en la vida las compensaciones que necesita. Vamos a dejarlo así".

¿Qué quiso decir? Aquí van los subtítulos: "Ustedes son como niños o como adolescentes, y son bravucones porque tienen un papá que los defiende, que en este caso soy yo. Pero el 'nos vemos a la salida' pertenece a la adolescencia, etapa de la vida sin la cual no hay juventud y, viéndolo bien, tampoco madurez, requisito indispensable para la senectud. Todo en la vida es compensación, nacer compensa por el hecho de morir, divorciarse compensa por el hecho de casarse, aplaudir compensa por el fastidio de oír un discurso político. Vamos a dejarlo así".

En eso quedamos, la solución de la clase política es la existencia institucional de los subtítulos. De esa manera nadie se llamará a engaño, lo que oyó o leyó tiene algún sentido, pueril si se quiere, pero sentido al fin.

domingo, 14 de marzo de 2010

La divina pléyade

Por: CARLOS MONSIVÁIS

El espectáculo se centuplica. Se discute el pacto que a lo mejor fue secreto durante 24 horas donde el PAN se abstenía de aliarse con el PRD en el Estado de México y el PRI se comprometía al apoyo de la reforma fiscal de Calderón. Eso fue el principio durante dos o tres días, y luego la Cámara de Diputados se convirtió en un reality show, con la peculiaridad de la demolición del sonido, una legión se precipita al encuentro de la frase que no llega sustituida por un triste lugar común, los oradores repiten una y otra vez lo que hace un siglo quizá era una novedad, los legisladores atienden muy a ratos, el fastidio retumba, cada diputado procura sentirse aludido para intervenir "por alusiones personales", las interpelaciones son la prueba, la única al alcance, de que alguien escucha, las descalificaciones se emiten en pro del carácter teatral de la política.

Alguien le atribuye al opositor lo que éste no dijo, pero podría decir, o lo que éste sí dijo aunque ya lo había dicho antes; los participantes procuran indignarse para extraer de su repertorio la respuesta iracunda que los justifique ante la historia o ante otro periodista que esté presente. En materia de citas, el personaje ubicuo de estas sesiones no es el PAN ni el PRD ni el PRI; es el "agente social" siempre mencionado desde el siglo XIX, el Pueblo, la entidad que sólo cobra forma si un diputado la evoca con tal de conmoverse y ganar tiempo para ver si encuentra el tema que justifique su presencia en tribuna.

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Así va la retahíla en un debate a mil caídas en la Cámara de Diputados:

-¿Qué cuentas le vamos a dar al Pueblo?/ Aquí falta entre nosotros el que tanto esperó de nuestra presencia y el que ahora le damos igual aunque lo representamos vivo o muerto, hablo del Pueblo, señores, a él me refiero, compañeras./ El triste espectáculo que estamos dando nos obliga a pedirle perdón a los que sufren, a los que no tienen empleo, a los que no consideramos en esta lucha, al Pueblo que tanto confía en nosotros y al que tanto hemos desconocido./ Es una vergüenza lo que aquí sucede, nos peleamos y perdemos el tiempo que deberíamos usar para crear empleos...

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Lo más penoso del asunto es la calidad de las intervenciones. A diferencia de otras legislaturas, esta vez, en su mayoría, no vienen de la relación con colectividad alguna, muchos hacen planes por si no ligan algo en 2012, por lo menos terminar su doctorado, no son pocos los que han tenido (y tienen) empresas bajo su responsabilidad, un buen número egresó de universidades privadas, han sufrido con la dignidad del héroe las acusaciones de enriquecimiento ilícito, son hijos de la Generación del Esfuerzo Para Qué, ya no hablan tanto de sus compadres sino de sus compañeros de generación. Y responden a las ventajas del destino con el gesto de suficiencia que tan adecuadamente capta la cámara de televisión...

Lo más común: cambiaron a los seguidores por los asesores y a los maestros por cursos en dvd, localizan sus escuelas de conducta política casi sin darse cuenta, educan su voz en la escuela del hablar recio y sin noción alguna de ritmo, creen ser irónicos cuando que ni siquiera se asoman al sarcasmo, manejan sus manos en tribuna como si duplicaran los gestos de los oradores de 1940, lanzan su mirada vigorosa para dominar a la muchedumbre que va a llegar tarde. Son políticos porque de algún modo debe llamárseles, se entrenan en pos de la furia instantánea que brota al subir a la tribuna o al intervenir desde sus curules, y pertenecen al tiempo político ignorante de la forma y vacío de contenido.

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La hora de los sacrificios rituales. Los priistas descubren casi al unísono el origen de la ingobernabilidad: Calderón proviene de la ilegitimidad, él se robó las elecciones; los panistas se entusiasman ante las fragilidades de Peña Nieto, el gobernador de vitrina. Una y otra vez priistas, panistas, perredistas y petistas se cercioran de que el país o la sociedad o el sistema político se están viniendo abajo. Lanzan voces de alerta y en donde pueden instalan el abismo y previenen: por aquí no debe avanzar la Patria, aquí fue donde la impunidad mató a los valores que nos quedaban, si damos un paso más la nación se quedará sin sus defensores más aguerridos. Insisten: lo que estamos viviendo en esta Cámara y en este sistema de partidos es insoportable, ignominioso. Abundan los rostros del ceño patriótico y la risa sin antecedentes ni consecuencias. El tedio unifica y la necesidad de sacudir a la nación aleja los bostezos.

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La novedad no es el agotamiento del discurso, el término inevitable; la novedad es la certeza de que alguien, en este momento, quizá en alguna oficina de Gobierno, posiblemente en el cubículo de un politólogo, está viendo la transmisión en vivo en el canal del Congreso. Se le ceden al equipo televisivo las responsabilidades de la historia, aunque a media hora de iniciada la transmisión la historia sale del recinto y sólo quedan, qué fastidiosos, los deberes partidarios y los gestos de personalidad iracunda por si la cámara los busca. La dirigente del PRI en la Cámara se aburre intensamente aunque, quizá, no evita dar noticia de su ánimo consternado. Los panistas se burlan del gobernador que quiere ser Presidente; los priistas sacan a relucir el fraude de 2006; los mensajes inaccesibles al ignaro (yo, por ejemplo) cruzan y se alojan en donde se debe; la antigua noción de respeto a los poderes yace indefensa.

¿Qué se vive? Elija usted, tú eliges: ¿el fin de una época, el fin de un sistema, el fin de un falso sistema parlamentario, el fin de la política que los analistas desentrañan cada semana, el fin de las oposiciones y las imposiciones leales, el fin de la eficacia de la mentira "en lo oscurito", el fin de artículos indagatorios como el presente? Las especulaciones van de un lado a otro, nadie apuesta por temor a ganar, sube a la tribuna el diputado a fin de cuentas anónimo, baja de la tribuna el brioso legislador al que nadie felicita, los politólogos de oficio y los improvisados hacen cálculos sobre el vencedor aunque nadie duda de la identidad del vencido: la sociedad. Mira que pactar para denunciar, ahora viene la hora del polígrafo (¿no sería más adecuado un sismógrafo?), la mera idea de someter a la clase política a la prueba de la verdad es tan angustiosa que notifica la distancia que hay entre una etapa de la demagogia donde los conceptos vibraban como si fueran fuegos de artificio, y otra etapa del descaro impune donde no hacen falta los conceptos, ya sustituidos por las acusaciones.

Si hay tal cosa como la nota roja de las intervenciones, los denuestos y las imputaciones. Las sesiones en la Cámara de Diputados son de la nueva nota roja, donde no hay que buscar al culpable sino al inocente, que varios habrá, incluso en esta legislatura. Un diputado del Estado de México afirmó: "Peña Nieto vendrá a esta Cámara a tomar posesión en 2012". Los panistas defienden con algo parecido a la tibieza a Felipe Calderón. ¿Qué caso tienen las pruebas de lealtad exacerbada en el instante del abandono colectivo de la racionalidad democrática?

lunes, 8 de marzo de 2010

El ejercicio de la memoria a través del olvido

Por: CARLOS MONSIVÁIS

El 30 de octubre de 2009, en un acto ungido por la credibilidad de las instituciones electorales, que desde el IFE y desde todos los tribunales electorales disponibles, bendicen la unión, el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, y el secretario de Gobierno del Estado de México, Luis Enrique Miranda, atestiguaron el pacto entre el PRI, representado por Beatriz Paredes, y el PAN, comandado por César Nava, en uno de los descansos de su campaña contra las bodas de la semejanza. En el convenio el PAN y el PRI se comprometen a abstenerse de formar coaliciones electorales en el Estado de México (para las elecciones de 2011), con otros partidos cuyos principios e ideología sean contrarios a los que sostienen en sus declaraciones de principios. El pacto, no necesariamente parecido al de Ribentropp y Molotov en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, tuvo como base la obligación del PRI de apoyar en sus términos, en el Senado, la Ley de Ingresos previamente aprobada en la Cámara de Diputados.


Según Nava, recientemente nombrado "panista histórico", por una encuesta donde lo situaba en primer lugar como posible candidato a la Presidencia, el PRI incumplió el acuerdo, ya que el 5 de noviembre de 2009 sólo ocho de los 33 senadores priistas permanecieron en el salón de plenos, absteniéndose de votar a favor de la Ley de Ingresos. Nava, con el júbilo del político descubierto fuera del pedestal, concluyó su viaje alrededor del ridículo: "Ante el flagrante incumplimiento del PRI, el acuerdo quedó sin efecto alguno". ¡Qué tristeza! Tan bien que se iba en el camino de allanarle a Peña Nieto los pequeños escollos, tan bonito que se veía la repartición del poder: "El Estado de México para ustedes; la reforma fiscal para nosotros".

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A César Nava se le pueden achacar muchos defectos, pero no, en modo alguno, la posesión de virtudes de liderazgo, con carisma adjunto en ocasiones de contento. Véase su entrevista del 4 de marzo:

"- ¿Por qué mintió a la opinión pública al declarar que no había firmado acuerdo alguno o pacto con el PRI, y por qué no se notificó al Comité Ejecutivo Nacional del convenio?

- En primer lugar, este acuerdo no fue puesto en el conocimiento del CEN, precisamente porque el incumplimiento del PRI lo hizo innecesario. Estaba contemplada la posibilidad de hacerlo del conocimiento del comité nacional para su eventual aprobación; sin embargo, al quedar sin efecto, al quedar sin vigencia ni validez alguna, no fue necesario hacer esta presentación. Por otra parte, es cierto que en un primer momento no hice pública la firma de este acuerdo. Lo hice por respeto al principio de confidencialidad que rige esta clase de relación y de acuerdos políticos".

Es arduo elegir el adjetivo que le conviene a Nava, el político: sagaz, bravío, inocente (traicionado), paciente (en cuanto a la información que le debe a su grey), astuto... Véase lo que consigue: aceptar que mintió; reconocer que no informó a los suyos porque no los quería afligir con la historia de una traición; considerar eterna la confianza en él depositada; manejar con habilidad póstuma los plazos del entusiasmo por la hazaña maniobrera o de la autocrítica por el fracasito; traer a cuento "el principio de confidencialidad", inaplicable en casos de violación de la ley electoral. Y según él, lo hizo todo solito, sin consultarlo con presidente alguno.

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Beatriz Paredes reconoció el pacto tan traicionadito, pero luego se siguió de frente y en el aniversario del PRI, ante la clase política por antonomasia, se jactó de sus funciones de salvavidas: "En 2006 los legisladores del PRI evitaron una crisis de Gobierno durante el ascenso de Felipe Calderón a la Presidencia de la República. Quién iba a decir que apenas tres años después el partido del Presidente, que fue repudiado y calificado de espurio por otra fuerza política, celebraría alianzas con aquellos que han sido los detractores principales de su abanderado y con quienes no tienen coincidencias programáticas ni en derechos civiles ni en el desarrollo económico para México. Amnesia sobre los principios y las posiciones programáticas o apetito de poder sin el menor respeto por los ciudadanos, o simplemente ambición y oportunismo y mayor desprestigio de la política ante la sociedad...".

Una posición tan enfática, que brota luego de reconocer el pacto secreto, lleva únicamente a la piedra de sacrificios de la contradicción: para favorecer la mercadotecnia triunfal de Peña Nieto, se acepta que con el PAN se tienen coincidencias programáticas, en derechos civiles y en posiciones frente a la economía. Si nos atenemos a documentos y discursos, en lo único en lo que el PRI coincide plenamente con el PAN es en materia de criminalizar a las mujeres que abortan. En lo demás, que alguien tenga el valor civil de leer los discursos priistas, al firmar con Gómez Mont y el enviado de Peña Nieto de testigos, el PRI manifestó su amnesia sobre los principios y las posiciones programáticas, y exhibió su apetito de poder, su ambición y su oportunismo. Por supuesto, que estos comentarios son sólo retóricos, pero la señora Paredes, que usa a la patria como su ayuda de cámara cada que declara, podría ejercer la cortesía y decirnos cómo se explica este manejo de la cámara oscura, que luego echó a perder el manejo de la Cámara de Senadores.

No es un simple incidente de convenios que fallan, es la burla rotunda del exangüe IFE, del sistema electoral en su conjunto, de la ciudadanía (que alguna debe haber), y del uso del idioma. Una vez más se recurre al gran protector de la política, al justificador del PRI y del PAN, el olvido, ese disolvente de las trampas, las traiciones, los enredijos verbales y la arrogancia que una vez que habla da por concluido el tema. Lo que resulta conmovedor es la posición candorosa de la clase política, liderazgo del PRD incluido, convencida de un hecho: la política sólo ocurre entre los directamente interesados, los medios informativos, la clase empresarial y los historiadores. De acuerdo a esta tesis no hay sociedad, la ciudadanía sigue tardando en nacer y las mentiras, los errores y las agresiones al patrimonio nacional no importan porque el olvido protege a los responsables. Eso esperan los causantes de la tragedia de la guardería ABC en Hermosillo, y no otra cosa aguarda el secretario del Trabajo, Javier Lozano, en sus incursiones y excursiones contra la ley y sus apologías de Germán Larrea. La política, según sus monopolistas, es aquello que sólo ocurre a la hora de ejercer el poder, y si los empoderados en algún nivel, la ciudadanía postergada, intentan ejercerla lo más probable es que se les diga que vuelvan la semana próxima, cuando los poderosos hayan firmado el siguiente acuerdo.

lunes, 1 de marzo de 2010

La muerte de un preso de conciencia

Por: CARLOS MONSIVÁIS
El 24 de febrero de 2010 muere, luego de una prolongada huelga de hambre, el preso cubano Orlando Zapata Tamayo. El albañil y plomero negro de 42 años, del pueblo de Banes, pertenecía al grupo de 75 disidentes detenidos en 2003 por "desacato, desorden público y desobediencia", delitos más propios de un Estado totalitario que del "país más libre del mundo", como aseguran sus fieles. A los detenidos se les aplicaron penas de hasta 28 años de cárcel, aunque Zapata Tamayo, cuyo agravante era la defensa de los derechos humanos, recibió una condena de hasta 36 años de prisión. Fue excarcelado el 7 de marzo de 2003, y se le detuvo nuevamente el 20 del mismo mes, mientras participaba en un ayuno junto a Martha Beatriz Roque Cabello y cuatro ayunantes más, a favor de Óscar Elías Biscet González y demás presos políticos. Se le enjuició el 18 de mayo de 2004 y fue sentenciado a otros tres años de prisión. Cumplía su condena en la penitenciaría de Guanajay en provincia Habana, hasta que el 15 de enero de 2005 fue trasladado para la prisión Taco-Taco, en la provincia de Pinar del Río. Amnistía Internacional lo adoptó como prisionero de conciencia.

El disidente inició la huelga de hambre al negarse el Gobierno a sus demandas, entre ellas, vestir la ropa blanca de disidente y no el uniforme de recluso común. Además, protestó por las condiciones de vida de los presos políticos y rechazó la comida del penal alimentándose de lo que, cada tres meses, le llevaba a la cárcel su madre. Desde febrero, Zapata Tamayo fue sometido periódicamente a un tratamiento con suero, para la hidratación de su organismo. Él alertó: "Si muero, el Gobierno intentará responsabilizarme".

Al enterarse de la noticia el presidente Raúl Castro, lamentó la muerte y produjo la explicación más insólita: "Este hecho es el resultado de la relación con Estados Unidos, en la isla no existen torturados, no hubo torturados, no hubo ejecución. Eso sucede en la base (estadounidense) de Guantánamo" (Información de Gerardo Arreola en La Jornada). Según el Gobierno cubano, no hay disidencia en la isla y quienes así se identifican trabajan para el Gobierno de Washington. Según el escritor cubano Antonio José Ponte, Zapata en marzo de 2009 fue sometido a una operación por el coágulo cerebral producido por los golpes de sus carceleros. Hace unos días, 40 presos políticos cubanos le pidieron al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que visitaría Cuba, su intercesión a favor de Zapata Tamayo.

De acuerdo a Ponte, es creíble la hipótesis de que los Castro Ruz "aceptaron el reto que les tendía un preso... ¿Cuánto pesa un huelguista de hambre muerto cuando se tiene la eterna coartada del bloqueo estadounidense? Las coartadas de libertad e independencia nacional, perfectamente comprobadas por el régimen desde hace medio siglo, han de prestarse ya a tapar este escándalo. Y, una vez más, se le abrirá expediente al asesinado, inventándole alguna misión de inteligencia estadounidense o destino parecido".

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El cadáver de Zapata se trasladó al pueblo de Banes, en la provincia de Holguín, mientras decenas de opositores eran detenidos en el Este del país para impedir su presencia en el sepelio, informó Elizardo Sánchez, de la ilegal, pero tolerada Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional. El control en la población fue riguroso. La Policía tomó la entrada de Banes y detuvo a todos los vehículos pidiendo documentación. Se devolvía a los carentes de "razón justificada". El entierro fue como se esperaba, con la Policía que reemplazaba a los deudos, a los que no se dejó llegar. Los agentes de la Seguridad de Estado tomaron Banes, y detuvieron o encerraron en sus hogares a 50 disidentes de Holguín. Pero se impuso una voz, la de su madre, Reina Tamayo, se alzó por encima de la represión: "¡Acabaron con Zapata, acabaron con Zapata! Fue un asesinato premeditado. Lo dejaron 18 días sin tomar agua en Camagüey. El Gobierno totalitario de Fidel Castro es el responsable de la muerte de mi hijo". (En Público de España, 26 de febrero de 2010).

Doña Reina afirmó en un video difundido por la bloguera Yoani Sánchez que el caso fue "un asesinato premeditado" y pidió al mundo "que exijan la libertad de los demás presos... para que no vuelva a suceder lo que ha sucedido". Yoani fue detenida brevemente al querer firmar el libro de condolencias instalado en La Habana (El Nacional).

El arzobispo de Santiago, Dionisio García Ibáñez, aseguró en un comunicado: "En varias ocasiones pedí visitar a Zapata sin lograrlo". De acuerdo con Gerardo Arreola, la opositora Caridad Caballero, residente en Holguín, pasó unas 20 horas detenida sin cargos en el Órgano de Instrucción de Seguridad del Estado. Ella aseguró que habría en ese lugar unos 20 activistas detenidos, igualmente sin acusaciones concretas. Entrevistado por periodistas brasileños, Raúl Castro respondió a las acusaciones de los organismos de derechos humanos sobre el trato a la disidencia: "Esto es porque estos grupos son como la prensa que publica lo que quieren los patrones". Al inquirir otro reportero por la ausencia de periodistas no brasileños, fue contundente (versión aproximada): "Reconozco que en Cuba no tenemos una libertad de expresión. Pero si Estados Unidos nos dejara en paz, eso podría cambiar".

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La mayoría de los cubanos ignora la muerte del disidente, ya que "los medios nacionales la han obviado totalmente, [pero] poco a poco, a través de Internet y de las antenas satelitales clandestinas se va esparciendo la información" (Fernando Ravsberg de BBC Mundo). CubaNet, medio en español y Yoani Sánchez (a través de Twitter) aseguran que cuatro presos políticos, y el periodista Guillermo Coco Fariñas, han iniciado sus propias huelgas de hambre. "Quiero que la opinión pública mundial y el pueblo de Cuba comprendan que la muerte de Zapata Tamayo no fue un hecho aislado, un error o una casualidad, que Orlando fue asesinado por el Gobierno cubano", dijo Fariñas a CubaNet, que habló con el periodista el 25 de febrero. En 2006, Fariñas se lanzó a una huelga de hambre de siete meses que casi le causó la muerte para reclamar para los cubanos el acceso libre a Internet.

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El bloqueo de Estados Unidos a Cuba ha sido una infamia y un crimen condenados por casi todos los países; también, es más que dudosa la autoridad moral en materia de derechos humanos de un buen número de gobiernos que critican al régimen de Castro. Esto, sin embargo, no disminuye la gravedad de los hechos: un preso de conciencia muerto en condiciones de oprobio carcelario; la persistencia de la represión a la disidencia; el aislamiento policíaco de un entierro; el cerco informativo dentro de Cuba; la actitud desdeñosa de las autoridades cubanas ante la crítica. Orlando Zapata Tamayo no es ni debe ser un caso más en una larga historia de aplastamiento de la protesta.

domingo, 21 de febrero de 2010

De cuando el cinismo perdió su honesto nombre

Por: CARLOS MONSIVÁIS
El 16 de febrero de 2010, Francisco Rojas Gutiérrez, coordinador de la fracción del PRI en la Cámara de Diputados se jactó con alborozo: "Negociamos con el Gobierno Federal la aprobación del paquete hacendario -que incluyó un aumento al 16 por ciento del IVA y a 30 del ISR- y tapar el supuesto boquete fiscal de 2009 y 2010, a cambio de evitar una alianza del PAN con el PRD y de asegurar condiciones electorales equitativas". Y añadió: "El PRI empujó la negociación para asegurar que la equidad en las elecciones de julio próximo se pudiera dar y también vimos el interés del país, y coincidimos ambos y así es". Ante la pregunta de un reportero: "¿No es desleal, sucio, trabajar de esa manera? ¿Poner los intereses políticos sobre las finanzas de un país?", Rojas Gutiérrez contestó: "No lo veo como usted dice, en el tiempo y en el país hay evidentemente cuestiones que se deben ir resolviendo sobre la marcha y casi todas en paralelo. Porque así es la vida del país, una circunstancia tras otra, un hecho tras otro". Si éste no es un estadista, el Estado falló en vano.



El 16 de febrero de 2010 el secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont, señaló: "Mis responsabilidades como funcionario demandan discreción para preservar la funcionalidad del Gobierno y la estabilidad de régimen. Mi estrategia para negociar con el PRI la Ley de Ingresos fue una decisión personal de la cual no le informé previamente al presidente Felipe Calderón. Está en la lógica de un secretario de Estado tomar decisiones porque la lealtad que se le debe pedir a un funcionario es servir al Gobierno y al Presidente y nada tiene que tener de todo informado..."

II

Si el oportunismo ha sido una técnica de salvamento, el cinismo ha conformado un gran prontuario de salud mental al alcance de los vencedores ganosos de sentido del humor, y de los sometidos ansiosos de mitigar o exorcizar sus derrotas. Cínico, de acuerdo al Diccionario de uso del español de María Moliner, es la persona que comete actos vergonzosos sin ocultarse y sin sentir vergüenza por ellos, y admite estos sinónimos entre otros: cara dura, desfachatado, desvergonzado, fresco, impúdico, inverecundo, poca lucha, sin vergüenza, descarado. (El cómico Jesús Martínez Palillo en su rosario de insultos enderezados contra los priistas usó siempre inverecundo, pocalucha y méndigos).
En materia de ética y moral el cinismo constituye una de las garantías de "salud mental" de los priistas, probablemente la mayor. Uno de los primeros que lo establece con nitidez es el cacique de San Luis Potosí Gonzalo N. Santos con su apotegma: "La moral es un árbol que da moras o sirve para una Chingada". Y en la paremiología o ciencia de los refranes del cinismo priista se enlistan joyas como la siguiente: "Detrás de cada político honesto hay una mujer mal vestida/ Hasta que le hizo justicia la Revolución/ Honrado, honrado, honrado, no lo es; honrado, honrado, tampoco; honrado puede que sí;/ Vino a gritarme a la oficina que el fraude era inadmisible. Le pregunté: "¿A ti te consta que las balas no te duelen?" Se salió hecho un corderito/ De un jactancioso a un priista: "Yo nunca he votado por ustedes". Respuesta: "¿Y cómo lo sabe?" Una variante: Llega un señor a la casilla que le corresponde y le dice al encargado: "Caray, por una razón y otra hace treinta años que no voto en la casilla de mi pueblo. Por fin, por vez primera, voy a poder hacerlo". Y el encargado le contesta: "Eso cree"... Otra más: el representante del PRI se entrevista con un experto en fraudes que le enseña cómo manejar las bolas del sorteo de una discusión para que le toque la última y ya no haya réplica. El representante, nervioso, lo alega la presencia de cámaras y la posibilidad de ser descubierto. El experto le dice: "Ay licenciado, ¿y así como quieren que las cosas salgan legales?". Otra: el encargado priista de recoger las urnas ya selladas para llevarlas al local del partido insiste en la hora en que debe pasar por ellas, si a las ocho o nueve de la noche. Discuten, y entonces el representante del PRI le contesta: "Mire, si tanto le urgen, lléveselas desde la mañana. Yo pongo otra de relleno". Una postrera: el gobernador viaja con frecuencia a la Ciudad de México y pregunta: "¿Y qué dicen de mí en la entidad?". Respuesta: "Pues mi Gober, dicen que nada más va a México a gastarse el dinero de los contribuyentes, a beber con vinos finos que a usted ni le saben, y a pasarla a toda madre con unas modelos impresionantes". El gobernador reflexiona: "¿Y nada más eso dicen de mí?". Contestación: "Nada más, señor". El poderoso recapitula: "Bueno, pero ponte al alba, y al primero que caches diciendo una mentira me lo arrestas".

La resistencia al cinismo se desgasta pronto en la medida en que es en sí mismo su crítica más feroz, y por eso, el lenguaje íntimo y casi público de los priisstas se traslada a la sociedad y el periodismo, y con rapidez deviene ánimo sincero, la verdad inevitable de los que nunca aspiran a la credibilidad. Un ejemplo del anecdotario de Leonardo Rodríguez Alcaine, líder del SUTERM. En 1978, Rodríguez Alcaine va a Tuxtla Gutiérrez, y es recibido en triunfo por la sección sindical. Entonan un himno compuesto en su honor (el mismo que cambiando el nombre y alguna cosa más entonan al llegar todo Visitante Ilustre). Y de improviso el líder de la sección pide silencio, extrae unas llaves de un automóvil de su saco y procede a entregárselo a don Leonardo mientras le declama la gratitud eterna de los chiapanecos. Obvia y fatalmente conmovido, el líder llora, se seca repetidamente los ojos y acepta el micrófono:

Compañeros, compañeros, amigos de la vida. Este acto de ustedes tan precioso, tan maravilloso, me conmueve profundamente. De veras se han aventado ustedes un puntacho de esos que duelen. Pero compañeros, yo no puedo aceptarlo, sería como aprovecharme de su nobleza, sé lo que les costó reunir el dinero. No y mil veces no, compañeros, no lo puedo aceptar... y por eso procedo a darle llaves del auto a mi hija que me ha acompañado.

III Los pronunciamientos del panista Gómez Mont y del priista Rojas Gutiérrez son de hecho esquelas del cinismo. No hay humor, no hay juegos de salud mental alguna, no hay la gana de burlarse de su propio comportamiento, así sea en privado y con anécdotas. Se presenta la solemnidad que cree no ser contemplada por nadie o, tal vez, no estar frente a una colectividad memoriosa o con capacidad de acción. Para esta mentalidad política, démosle este nombre, el cinismo ha sido una concesión a las masas o a esa distracción que es el sentido del humor. El cinismo desaparece cuando la impunidad es absoluta.

lunes, 15 de febrero de 2010

Discúlpeme, no le puedo dar la bienvenida

Por: CARLOS MONSIVÁIS

A 11 de febrero de 2010; El acto oficial en su esplendor ostensible, la presencia de un número de los 9 mil que resguardan el Poder Ejecutivo. Las fuerzas disponibles de Ciudad Juárez aguardan con rostro estoico, según las crónicas televisivas. El presidente Calderón, acompañado de su esposa y del secretario de Gobernación, el otrora panista Gómez Mont, lee un texto de buena voluntad o de entretenimiento presupuestal. En algún momento, emerge la señora Luz María Dávila, madre de Marcos y José Luis, jóvenes asesinados el 31 de enero en Ciudad Juárez en un ataque monstruoso de sicarios. Doña Luz María no se extravía en las escaramuzas: "Discúlpeme, Presidente, yo no le puedo decir bienvenido porque para mí no lo es, nadie lo es. Porque aquí hay asesinatos hace dos años y nada ni nadie han querido hacer justicia. Juárez está de luto... Les dijeron pandilleros a mis hijos. Es mentira. Uno estaba en la prepa y el otro en la universidad y no tenían tiempo para andar en la calle. Ellos estudiaban y trabajaban. Y lo que quiero es justicia. Le apuesto a que si ha sido uno de sus hijos, usted se habría metido hasta debajo de las piedras y hubiera buscado al asesino, pero no tengo los recursos, no lo puedo hacer... Quiero justicia, pónganse en mi lugar, a ver qué siente... Nosotros queríamos que se presentara, que diera la cara y que ahí mismo, públicamente se retractara de todo lo que dijo".

De entre el repertorio de rostros a su disposición, Calderón elige el de la preocupación contrariada. Antes, de modo un tanto enigmático, ha incurrido en la duda sobre sus propias palabras: "Ante los deudos reconocí el malestar y la irritación que provocaron mis declaraciones acerca de que los estudiantes ejecutados formaban parte de un grupo criminal... Me corregí: eran estudiantes ejemplares. Pero cualquiera que hubiera sido el sentido de mis palabras, les dije a aquellos padres de familia que les presentaba y les ofrecía la más sentida de mis disculpas, si cualquiera de esas palabras hubieran ofendido a ellos o a la memoria de sus hijos". Las palabras de Calderón en Tokio sólo tuvieron un sentido: inscribir a los jóvenes asesinados en un grupo criminal. Y luego añade: "Todos somos responsables de esta situación. Si esas muertes tienen sentido será para ratificar y reforzar lo que se está haciendo". Otra vez el debate sobre el sentido de un hecho que el autor del discurso no resuelve: ¿Qué sentido pueden tener las muertes inconcebibles de jóvenes sino el hecho mismo de su desaparición? Buscar el sentido de unos asesinatos es poner a la disposición de los intérpretes la justificación de existencias tajadas tan monstruosamente.

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Calderón llevó a Ciudad Juárez un plan de cuatro ejes no tan elocuente como un tanto superficial: salud (extender la cobertura, crear diez nuevas clínicas o reforzar la atención de adicciones), educación (ampliación de jornada escolar en 89 centros, y becas y estímulos para evitar la deserción), y ayuda social (apoyos a pequeñas y medianas empresas, desempleados, guarderías y también la construcción de un parque deportivo en memoria de los jóvenes ejecutados) El cuarto eje es el reforzamiento de la estrategia policial. Calderón, ya apurado por la autocrítica, reconoce: en el pasado su gobierno no ha sabido escuchar a los juarenses, a los que pide sumarse a su propuesta. ¿Eso es todo? Uno: Si no se puede crear las diez clínicas, atender a los adictos, los únicos hospitalizables, por lo visto, en Ciudad Juárez. Dos: Ampliar la jornada escolar en 89 centros (¿cuántos hay en la entidad, y cuál es el sentido de la ampliación?), y dar becas, que como todo mundo sabe, son la respuesta de las ganas de irse de las escuelas, especialmente en Ciudad Juárez, que tiene el récord de la deserción más elevada en la educación secundaria. Tres: Aquí sí la panacea jamás intentada por gobernante alguno: darle a la población todo lo necesario para que los problemas ya surjan por puro capricho: levantar a todas las empresas menores y medias, crear la política de pleno empleo y hacer que mientras juegan basquetbol los jóvenes, ya encuentren el sentido de las muertes del 31 de enero.

¡Ah! y una advertencia ante los reclamos constantes de que salga el Ejército de la ciudad: se queda. Y en cuanto a las más de mil denuncias del comportamiento represivo de los soldados, la reclamación del Ejecutivo-Ministerio Público: "Tráiganme las pruebas". Y una vez que se las lleven, exigirá que las conviertan en acusaciones, y así hasta el infinito.

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Las reclamaciones al Gobierno Federal y al Estatal, las exigencias de renuncia del gobernador de Chihuahua, el alcalde de Ciudad Juárez y el presidente Calderón, la represión contra los activistas que reclamaban justicia, la ciudad tomada para "oír las demandas de los juarenses", pueden parecer parte de la estrategia de resolver los problemas aplazando sin término la solución. La gran novedad son las palabras de Luz María Dávila y la vehemencia crispada de su intervención. La fórmula elegida es notable: la "descortesía", gran técnica de igualación: "Discúlpeme, Presidente, no le puedo dar la bienvenida"; el señalamiento del hecho central: "vivimos los efectos de una guerra que no pedimos"; la desolación ante el fracaso portentoso de las políticas del Gobierno Federal y el Estatal en Ciudad Juárez; la certidumbre de que la justicia prometida nunca ha de llegar; la irritación ante la falta de respuesta de los asistentes exhortados por Luz María a unirse a su protesta. El discurso es breve, la resonancia es interminable.

Ciudad Juárez ha vivido interminablemente bajo los efectos de la impunidad. Se dio a conocer internacionalmente por las cuatrocientas y tantas mujeres asesinadas (sin contar desaparecidas); se ha convertido en un territorio de la lucha de los cárteles y de la secuencia trágica: "levantones", asesinatos por el motivo que se quiera, jóvenes que reciben mil quinientos pesos a la semana por su disponibilidad al asesinato ("Me pagan casi nada, pero a los que liquido no les hacía falta la vida"), secuestros, chantajes, cobra de protección, miedo como la respuesta a la inermidad de las autoridades y al horror desatado por la delincuencia; migraciones de la sobrevivencia (El Paso, Texas, tiene ya una sección amplia de la sociedad prófuga de Juárez).

Ante eso, el anuncio de parques deportivos en memoria de jóvenes asesinados. Pero la cadena del ultraje y el olvido se detiene al existir demandas enérgicas, activistas cuya acción es, en principio de cuentas, solidaridad. Y la defensa de los derechos humanos como el empoderamiento más enérgico. La señora Luz María Dávila, en su alegato, da la oportunidad de observar a la sociedad libre que surge, de varios modos, sin recursos, sin retórica memorizada, pero bajo una profunda convicción: esperar el cumplimiento de las promesas de los funcionarios es, ahora, olvidarse del respeto debido a sus muertos y, también, a su inermidad y a su miedo, tan explicable, tan roto por la convicción que no le da la bienvenida a un Presidente.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Matrimonios homosexuales y la Constitución

Señora directora:

Es tiempo de leer las declaraciones como si se tratara de llamadas de atención a propósito de las reformas de la Asamblea del DF, que legalizan el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción, el presidente Felipe Calderón se atuvo a sus conocimientos jurídicos y, el 2 de febrero de 2010 en Tokio, afirmó sin medida ni clemencia: “La Constitución de la República habla explícitamente del matrimonio entre el hombre y la mujer, y ahí (en la demanda de inconstitucionalidad de la Procuraduría General de la República) simplemente hay un debate legal que tiene que ser resuelto por la Suprema Corte”. Valdría la pena que el Señor Presidente nos proporcionara una fotocopia del ejemplar de la Constitución que usa, porque en el documento que circula su hallazgo explícito no se localiza, no se ve por ningún lado. Se habla de la familia, sin especificar, como quiere ahora el clero y seguramente la PGR, que ésta consta de padre, madre, muchos hijos, nietos y confesor, pero del matrimonio entre hombre y mujer, simplemente no hay registro. Es muy probable que esto se deba al jacobinismo ateo o a la falta de previsión de los constitucionalistas o, quizás también, a que en la Libre de Derecho, de la cual el licenciado Calderón es el jurista más ilustre, se maneja otra Constitución. La que circula en el mundo laico dice lo siguiente en el artículo cuarto: “El varón y la mujer son iguales ante la ley. Ésta protegerá la organización y el desarrollo de la familia. Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos”. Y en el artículo primero, en su tercer párrafo se establece: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil, o cualquiera otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”. Repetimos: el hombre y la mujer. ¿De dónde se extrae la un tanto peregrina conclusión: la igualdad ante la ley del varón y la mujer es igual al matrimonio del hombre y la mujer?

A ratos, don Felipe se acuerda de que hay cientos de miles de mexicanos con otras preferencias (y otras lecturas, más textuales, de la Constitución, donde no se inventa a pedido el matrimonio entre hombre y mujer, aprovechándose mañosamente del escaso conocimiento jurídico de los periodistas japoneses). Debido a eso, con astucia que sería meritoria de no refrendar la índole de su orden a la PGR, afirma: “Respeto plenamente las preferencias sexuales de cualquier persona, así como a las parejas integradas por personas del mismo sexo”. ¡Qué hábil! Las respeta siempre y cuando no se les ocurra tener derechos, y oponerse a los dictámenes de los obispos; las respeta siempre y cuando acepten que pueden vivir juntos o juntas, pero no pasear jurídicamente de la mano ante un juez.

Calderón insiste: la demanda de inconstitucionalidad no tiene fines políticos. ¿Qué acción de los gobiernos carece en primera y última instancia de fines políticos? ¿No es un fin político proceder contra los “que atentan contra la ley de Dios”, a nombre de una falsa argucia jurídica? ¿No es político el igualar a un gobierno con las campañas del episcopado?
Otros expertos en la homofobia, que tan no carece de definiciones en la práctica, que involucra crímenes de odio, dramas familiares, campañas de ridiculización, despidos laborales y ostracismo, son los clérigos católicos, empeñados en ratificar la subhumanidad de los diferentes. Por ejemplo, el jefe de la prelatura Cancún-Chetumal, Pedro Pablo Elizondo, el primer obispo de los Legionarios de Cristo y, de seguro, un discípulo fiel del padre Marcial Maciel. Según el prelado (La Jornada, 2 de febrero de 2010), estas uniones no tienen madre y la Iglesia católica no es homofóbica, porque es la única institución que se ocupa de ellos cuando se están muriendo de sida. ¡Qué noble y qué generoso el Legionario! Así que su limosna es la extremaunción.

La Arquidiócesis de Guadalajara, regida por Juan Sandoval Íñiguez, no necesita modificar la Constitución a su gusto. Le basta con decir, a propósito de las adopciones: “En tal sentido, entonces deberíamos legalizar todos los asesinatos, el narcotráfico o cualquier otra actividad que ya se hizo común para muchos. ¿Para qué están las leyes? ¿Para tutelar el orden o para ponerse al servicio de lo que sucede en la calle?” Ha sido primordial la respuesta crítica de muchísimos intelectuales y juristas de primer orden que señalan para qué no están las leyes: para discriminar, para implantar la intolerancia como en los mejores tiempos del integrismo, para asegurar en donde se quiere vivir en una sociedad abierta y moderna.

Atentamente,

Carlos Monsiváis, Jenaro Villamil y Jesús Ramírez Cuevas

PD: Además, según información de Jesús Aranda, fuentes judiciales explicaron por otra parte que la demanda de la PGR carece de solidez en al menos un tema: el de la adopción, porque la reforma al Código Civil capitalino no incluyó este tema, luego entonces, la dependencia federal no puede demandar la invalidez de una norma que no fue recientemente modificada.


Carta publicada en el Correo Ilustrdo de La Jornada.

domingo, 31 de enero de 2010

Fantasía no tan futurista

Por: CARLOS MONSIVÁIS

Prólogo a manera de epígrafe para situar de modo conveniente la fantasía de este artículo: Jesús Ortega, líder máximo de su fracción del PRD y uno de los tres integrantes, refrendó su sabiduría (La Jornada, 29 de enero): "Así como para cruzar una calle no se necesitan principios sino dos piernas, tampoco se requieren para buscar oportunidades de gobierno con los panistas". Es de suponer que lo no requerido son los principios y la calle, sólo la flexibilidad de las dos piernas para cruzar la calle de rodillas. Sigue Ortega: "No estamos haciendo alianzas estratégicas con el PAN, sino apoyando ¡frentes insurgentes opositores! Llegar a un arreglo con Acción Nacional en contra de estos señores de horca y cuchillo constituye una lucha progresista". Si no tiene razón, que la PGR interponga una demanda de inconstitucionalidad en su contra, y que los señores de honra y cuchillo ya no le inviten a la lucha progresista contra los gays, las lesbianas, las organizaciones indígenas, el SME, el gobierno del DF, López Obrador, el Estado laico, y para qué seguir con las demás causas de avanzada del PAN a las que con gusto se sumará el PRD de Jesús Ortega (siguen tres firmas). Ahora sí continuamos con la fantasía.

Enero de 2012-Reunión en céntrico hotel de las afueras. Se confabulan y fabulan los dirigentes de todos los partidos políticos existentes o concebibles. El repertorio: política de pleno empleo de los semblantes preocupados, risitas nerviosas, consultas furtivas a Google para ver qué significa "dolencias psíquicas". Se oye el vuelo de las siglas.

Representante del PRI: En su momento debimos oponernos a que Steven Spielberg filmara en Toluca su superproducción, Carisma, su respuesta al Avatar de James Cameron. El góber Peña Nieto le ofreció una cena, Spielberg se fijó en él, volvió a verlo un par de veces, despidió a Brad Pitt que con este film iba a despedirse de su madurez, rehízo el personaje central, acortó los monosílabos que le tocaban a Peña Nieto y le ofreció el contrato. El resto es tristeza. El film resultó un éxito de escándalo, se aprovechó para estrenar el 4D, la técnica que le permite a los espectadores ver simultáneamente el techo, los compañeros de fila y un juego de futbol. La compañía productora invirtió cuarenta mil billones de dólares, y el Góber renunció a la política y se metió de lleno al cine como primera figura y coproductor.

Representante del PAN: Y desde entonces Enrique Peña Nieto ha filmado Marketerminator, Ángel con o sin alas, Sonrisa de conjunto y Paisaje de un solo rostro. ¡Qué fenómeno!

Representante del PRD: Y la salida del Góber Guaposo tuvo consecuencias. Andrés Manuel López Obrador se retiró de la contienda porque ya no había rivales que lo estimularan y, abrumado por las críticas y los insultos que le enderezaban por hacer mal uso de sus influencias en el cielo, César Nava dejó el Partido Acción Nacional y se metió a un convento donde organiza encuestas sobre el celibato de los ángeles. En fin, se despobló el panorama.

PRI: Y el efecto alcanzó al electorado. Ante la ausencia de figuras, la intención de voto por quien fuera, llegó apenas al 0.0001 por ciento. Se generó un conflicto mediático cuando Jesús Ortega anunció su deseo de participar. La intención del voto se fue de México.

PRD: Ese fue un rumor siniestro que corrió Andrés Manuel. Lo cierto es que Chucho se ofreció para reemplazar a Peña Nieto cuando estuvo enfermo y se aplazaba el rodaje de Cascada de simpatías patrocinadas. Pero nunca logró entrevistarse con el director James Cameron y por eso no intervino en la que será la primera realización en 24D, donde cada espectador verá una película diferente.

PAN: Y llegamos a esta fecha sin ningún candidato que, con su capacidad de convocatoria, llene aunque sea un cubículo. Todos se han retirado con prudencia. Santiago Creel recorre el Bajío a ver quién lo sigue en su decisión de no lanzarse. Emilio Gamboa Patrón anuncia que tampoco se lanzará por una primaria de Mérida y Carlos Navarrete (senador del PRD por si alguien pregunta quién es) está filmando por intercesión digital La silla que no quise aunque nadie me lo propuso, una cinta que se dilata porque él es el único participante del equipo.

PRD: ¡Qué mala onda! Y el gran problema es que todos los recursos que nos da el Estado no podemos gastarlos debidamente si no conseguimos candidatos. Marcelo Ebrard no era mal prospecto, pero la PGR, en ausencia del clero, envió una demanda de inconstitucionalidad del propio Ebrard, y hay amenazas de excomunión para las urnas en donde se vote a su favor.

PRI: Y el triunfo de Enrique Peña Nieto en la taquilla va para largo. Vean las colas para el estreno de Aquiles Voy, una reconstrucción de la guerra de Troya. Allí Peña se trepa sobre el Caballo de Troya y nomás al verlo, la ciudad se rinde.

PT, Convergencia: Ya tenemos la causa, nos faltan candidatos.

Panal: La maestra Elba Esther no puede competir porque la Historia y los astrólogos dicen que la primera Presidenta ocupará el cargo en diciembre de 2018.

Verde Ecologista: Nos urge un candidato porque no tenemos causa y sí, en cambio, nos persigue una legión de científicos sociales que buscan explicar cómo es que alguien puede votar por nosotros.

Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación: Sin candidatos a quienes hacerles trampa se pierde el sentido de nuestra misión.

PAN: Ya tenemos apalabrados treinta Juanitos, pero por ahora les dejamos que ensayen en el Blanquita el Danubio Azul.

PRI: Y ya contrató Televisa a Enrique Peña Nieto para una telenovela de larga duración Beto el Galán Neto, y por eso no quiere que se le hable de la candidatura. Una Presidencia dura seis años, el estrellato dura la eternidad.

PAN: Lo que podemos hacer es cambiar la Constitución de la República para que en lugar de personas compitan por la Presidencia algunos productos. Esto refrescaría el ambiente electoral, y nos pondría a la cabeza de los Estados postmodernos, "haigan votado como haigan votado". ¿Se imaginan? Vota por Aúpa, el detergente que deja al país blanco sin necesidad de lavado de dinero, o vota por Génico, el maíz transgénico que destruye los recursos naturales, pero acrecienta las fortunas empresariales. ¡Qué maravilla! Por fin, el gobierno en manos de los mejores productos.

PRI: No es mala idea pero tiene un gran inconveniente: deja fuera a los frustrados históricos, aquellos grupos que durante la niñez o la juventud trataron al nuevo Presidente de la República. Imagínense, no se tendrá el rencor protagónico de los que dicen: "Y a ese sujeto lo llevan a ese puestazo. Si les contara lo que pensábamos de él entonces". Cada sexenio trae consigo un caudal de resentidos, que enriquecen la salud de la República.

domingo, 24 de enero de 2010

'Esta noche nos honra con su ausencia'

Por: CARLOS MONSIVÁIS

"Los mexicanos tienen la televisión que se merecen", dijo Emilio Azcárraga Milmo. ¿Uno merece lo que no puede evitar o se amolda en los intersticios de lo irremediable? En esto como en todo, las comunidades han sentido que la falta de alternativas se compensa con el círculo vicioso: la disminución oprobiosa de oportunidades se vuelve a fuerza el entretenimiento creativo. "El hombre natural no puede distinguir lo que ve de lo que cree ver".

Hasta hace unos años, México, según la televisión, es la negación sistemática de las mayorías, a las que suplantan el Presidente de la República, los líderes, la pareja romántica (con sus privilegios), el locutor, los comerciales, y la voz del gobierno y las empresas. Pero no hay tal cosa como el pueblo o la gente en el enfrentamiento a sus necesidades reales, las apetencias no suscritas por los comerciales, los deseos legítimos y legales no autorizados por la Iglesia. Lo que hay es la invención de las comunidades dóciles y festivas... ¿Y luego qué sucede? Aparece una versión del Pueblo (La Gente), no necesariamente falsa en los detalles pero irreal o mentirosa en el conjunto, porque ante las cámaras y ante el aparato de televisión se actúa de modo finalmente idéntico: la persona escenifica a la Gente, y el Nosotros ansioso de salir en pantalla sustituye al Yo que anhela la posesión de la singularidad. Aun si no está ante cámaras el individuo reacciona a pedido, y lo hace desde el libre albedrío: "Voy a fingir que me divierto para que no me digan aburrido, voy a fingir que me emociono para que no me digan insensible, voy a fingir que me indignan los políticos que la tele denuncia para que no me digan indiferente, voy a fingir que me entusiasman los comerciales porque me dan la oportunidad de estar largo rato con la familia".

Quizás lo de fingir sea excesivo, ¿pero de qué otro modo calificar el sometimiento del Querido Público (que ha sido República) al medio que distribuye las imágenes? "Si no estoy en pantalla nadie registrará mi existencia, y aunque sé que no tengo por qué salir en pantalla, mi voluntad de aparecer es la imagen previa de que me nutro y que me ampara ante mi insignificancia. La televisión me vincula con las tres familias a la disposición: el mundo, la nación y mi familia, y esa inclusión hace que me eternice ante el aparato esperando el momento de reconocerme en la multitud saludando, o en el estudio, al responder a las preguntas. Algún día saldré, allí donde nunca estuve".

- El habla de los programas cómicos se sexualiza a través del albur (el ingenio que llega tarde a la repartición de libertades) y se institucionaliza con el costumbrismo.

- El reality show se traslada a la psicología colectiva (en el futuro inmediato todo el mundo tendrá derecho a que su vida sea una telenovela de cien capítulos por lo menos).

- Los escándalos policiacos atraen desmedidamente, "si no soy el muerto, quiero ver el programa", y el Gobierno Federal aprovecha del escándalo para golpear a sus adversarios y para decir que sus propios escándalos están citados fuera de contexto.

- Se da ya, y de manera sistemática en un sector, la perspectiva de género. El feminismo, en sus diversos planteamientos, es una visión del mundo crítica y complementaria, y las exhibiciones del machismo tradicional carecen ya de la persuasión suficiente como para resultar graciosas. La presencia de conductoras -el caso de Carmen Aristegui- es una de las muchas señales del fenómeno.

- A fin de cuentas, lo que hay de memoria histórica le corresponde a la izquierda. Si algo caracteriza a la derecha es su empecinamiento en los dogmas, no es la memoria histórica. Si quieren elogiar a sus héroes de la Cristiada, los beatifican o santifican, pero no recuerdan sus nombres o acciones. Han eliminado su pasado cultural o intelectual, y no leen a sus clásicos, para empezar a Lucas Alamán. Es, para decirlo pronto, una derecha analfabeta en lo fundamental y casi siempre en lo secundario. Por lo mismo, agradece los servicios de la televisión privada, pero no verifican los detalles. En cambio, las opiniones y los juicios de la izquierda, sí perduran a corto, mediano y largo plazo.

- La aparición de Internet es el principio de la Gran Alternativa. Los adolescentes y los jóvenes pasan gran parte de su tiempo frente al PC o lap-top, y de allí desprenden lo que van necesitando y la interacción tiene una fuerza que el rating no ha conocido.

- Hay una religiosidad indudable del televidente, en el sentido de experiencia totalizadora. No es que el televidente crea al pie de la letra en los mensajes televisivos, ni que ajuste su vida a lo dictado por los programas; sino que no concibe su vida sin ajustar a diario su psicología ante la televisión. No es el contenido de la televisión, sino su existencia misma lo que norma el uso de su tiempo. Y lo secundario son las versiones del entretenimiento y la información, la captación de la moda, y la obtención de los rumores que auspician la conversación social. (Si, en un nivel, las noticias nacionales en televisión no se oyen como chismes, no son creídas.);

- Con la llegada de las series en cable vuelve a instalarse la idea de que los productos televisivos pueden cambiar la vida: Oz, Six Feet Under, The L Word, Desperate Housewives, Sex and The City, Queer as Folk, The Sopranos, todo lo que habla de los nuevos e irrefrenables estilos de vida.

El siglo XXI, la aparición de lo mediático y el pleito por la posesión del espacio público.

En el siglo XXI, un término, lo mediático, se vuelve el adjetivo último, la referencia al imperio de la imagen. El poderío de las empresas que manejan lo mediático se da cuando los políticos se atienen a su creencia en la televisión como si ésta combinara el ágora, la profecía y el milagro de transformar un discurso inarticulado en un comercial de primera. No aparecer en la tele, no tener continuidad mediática es habitar la obsolescencia planeada (la senectud es una niñez planeada). En su miedo sacramental, los políticos dudan en atribuirle a la televisión la posesión de lo realmente visible y creen que desaparecer de la pantalla es volver a las campañas donde se visitaba todas las casas y se repartían sonrisas en la calle.

Además de las razones específicas (cada ilusión de prestigio es un mundo), lo innegable es el poder del medio, que maneja las imágenes de conjunto de la realidad internacional, de las sociedades nacionales, de la colectividad, de los gustos masivos, del humor que los niños (y los adultos) merecen por indefensos. Todavía hoy no se discute seriamente la certidumbre que es una condena: la televisión es el único espejo social y gubernamental al alcance, sólo allí nos vemos, nos intuimos, nos irritamos sin esperanzas, nos alegramos, nos reconocemos. De allí el atractivo de los reality shows, y el alborozo ante los controles remotos que son la única prueba de la existencia de la multitud. El gasto desproporcionado en spots, el suponer que el verdadero nacimiento de un político ocurre con su primer spot, lleva a la proclamación del milagro: "Luego de este alud de imágenes, no seré un político sino una aparición". La televisión muestra y desvanece a las personas y, de no tratarse de momentos climáticos, casi logra lo mismo con la mayoría de las causas. ¿Quién la enfrenta?

domingo, 17 de enero de 2010

Razones para hablar bien de México

Por: CARLOS MONSIVÁIS

El presidente Felipe Calderón ha exhortado a la población, sobre todo a los viajeros a no desperdiciar oportunidad y verter elogios y llantos admirativos sobre México. Puede estar en lo justo y, para certificarlo, a bordo algunos de los motivos para el ditirambo: "México creo en ti/porque el águila brava de tu escudo/se divierte jugando a los volados/con la vida, y a veces con la muerte" (Ricardo López Méndez)

Si alguna vez lo fue, la impunidad ya no es una característica de la clase gobernante sino su razón de ser y su esencia, lo que se ha acentuado con el desprecio a la opinión pública, a la que consideran un invento premoderno. La impunidad (la clase gobernante) cree estar sola, algo parecido a una "impunidad autista" y por lo mismo, no obstante la ceremonia de las auditorías, estremecedora en los niveles medios, lo que priva es la creencia gubernamental, empresarial, eclesiástica, de que nadie los supervisa, nadie se entera y nadie se informa. Según creen, la memoria de la opinión pública no es un disco duro sino una emoción volandera "Si no se acuerdan de lo que van a hacer cuando se mueran, menos recordarán nuestros actos si es que se enteran". La élite misma es un prodigio de la ignorancia bipolar sostenida sobre la fuerza, la manipulación (el otro nombre de la falta de opciones) y la inercia.

2. EL ALUD DE ACTOS INMISERICORDES Súmale a esto el sistema tributario que excluye a los todopoderosos y que acentúa la crisis; la cárcel para los disidentes a los que se les asestan penas monstruosas (el caso de Atenco, con sentencias de 160 años de cárcel); la destrucción del SME, manejada como una operación militar contra un sindicato; la indiferencia a las denuncias por violaciones de parte de representantes de la fuerza pública; la grotecidad del Tribunal Electoral Federal al servicio descarado de las decisiones del gobierno panista. "El pueblo votó, Jehová enmendó el votó"; la insolencia de los grandes defraudadores que obtienen la devolución de sus bienes...

3. Y TÚ QUE TE CREÍAS EL REY DE LOS SPOTS El régimen de Calderón y la turba de los gobernadores se atienen a la mercadotecnia, la nueva Clío, musa del renombre. Gobernar es anunciarse. El gasto obsceno en publicidad es una inmersión en la fantasía, complementada con las encuestas a pedido: "el 99% de los encuestados declara a Felipe Calderón el mejor gobernante desde Abraham Lincoln o, en su defecto, desde Hammurabi". A esto, ¿qué se le opone? El descuido, el fastidio, el olvido inmediato. Pero eso no intimida a los mercadólogos. No se admite desde los gobiernos la existencia de un espacio público no regido por la mercadotecnia, y las amenazas y las promesas ridículas. "Resolveremos todo de una vez y para siempre, o el futuro se atiene a las consecuencias". Todavía me llama la atención aquella vigorosa campaña publicitaria que quiso convencernos de un milagro: el 2 por ciento del impuesto revertiría en el 4 por ciento para los pobres. La multiplicación de los panes y las fábulas. Esta insolencia de la mercadotecnia desata en primera instancia el pesimismo y el desánimo, pero estoy convencido: sólo en primera instancia.

4. EL APLASTAMIENTO A COMO DÉ LUGAR: LA APPO Una demostración de las dificultades para transitar de la adquisición de poderes a la falta de poder es el caso de la APPO en Oaxaca, un movimiento anti-autoritario iniciado con fuerza y con un acento utópico considerable. Ante el desafío directo y pacífico el gobernador Ulises Ruiz, que se siente cacique-virrey-capitalista acumulador, ve la oportunidad de ejercer su tiranía y filtra provocadores en la APPO, aprovecha a los ultraizquierdistas que siguen viviendo a la luz de la toma del poder por los soviets, y utiliza los recursos complementarios de la compra de voluntades y de la represión. La APPO moviliza la ciudad de Oaxaca y muchos otros lugares, incorpora a maestros, estudiantes, ciudadanos antes apolíticos, crea la sensación del cambio a la mano. Ruiz, apoyado por el PRI y por Calderón en su etapa legitimable, desata sobre la APPO su furia. Sobre las grandes marchas descienden la Policía y los provocadores con actos de barbarie (asesinatos entre ellos) que buscan malquistar a la APPO con el resto de la población (por desgracia la APPO no se deslinda a tiempo). Los ultras o los provocadores, hermanos gemelos, se portan con el salvajismo previsible y la APPO no logra contrarrestar su efecto porque tiene encima una andanada mediática. El gobierno de Ruiz se siente autorizado para desplegar su gana. Hay crímenes de Estado, hay mentiras inconcebibles y todo se resuelve en la impunidad. La Suprema Corte de Justicia responsabiliza a Ruiz, y éste se ríe de los magistrados criticándoles su exclusión de Vicente Fox en la adjudicación de culpas. La declaración de ilegalidad es otra nueva virtud de los gobiernos.

5. "TÚ NO ME ESCUCHAS, PERO YO NO ME FIJO EN LO QUE DIGO" Desde el poder hay un juego declarativo cada vez más cansado y torpe, gracias al cual los políticos leen o gritan lo que saben que no va a ser oído, ya al tanto del desvanecimiento de la lectura entre líneas -que era su gran elemento de transmisión informativa. Ahora, ¿quién lee entre líneas un pronunciamiento de Gómez Mont o un discurso de Francisco Rojas? Son lo que dicen si es que alguien los lee fuera de las cabezas de los periódicos. Y todo contribuye al desencanto: el vaciamiento del lenguaje político, el trueque de la cursilería tradicional por la amenaza envuelta en promesas ante el espejo, la atrofia idiomática. Los gobernantes quieren que la ciudadanía se vaya a otro país mental. Lo consiguen en mínima medida, pero su castillo de naipes adulterados se derrumba en el camino porque la crisis económica es el factor que, de manera abrumadora, arraiga mentalmente en el país.

6. LAS NUEVAS CREENCIAS No son estrictamente nuevas, pero sí son dogmas de la temporada: a) lo que no aparece en la televisión de manera destacada, no existe. b), lo que se diga, a menos que se acuñe una frase notable ("Comes y te vas") nace para el olvido en el primer segundo ("Te desdices y te borras"). Es decir, tampoco existe. c) todo acontecimiento, por importante que sea, trae consigo su certificado de defunción rápida. Pensar que algo perdura en una sociedad tan convulsa y tan dinamizada por Internet, la moda o el chisme de hoy, es creer que el tiempo pasa en vano; d) por grande que sea la resonancia de un conflicto y la incapacidad demostrada de los gobernantes, no perdura lo suficiente para incluirse en el imaginario colectivo, hecho de remembranzas, admiraciones perdurables y alucinaciones que se llaman indistintamente memoria o rencor, es decir, sólo existe para los memoriosos, y esto lleva a la filosofía de la clase o el grupo gobernante: "Yo me desdigo porque nada más lo dije".

domingo, 10 de enero de 2010

Plan A y Plan B

Por: CARLOS MONSIVÁIS

Plan A. El primero de diciembre de 2006, Felipe Calderón, nuevo presidente de México, divulga la prioridad fundamental de su Gobierno: el combate a la inseguridad y la delincuencia organizada, el alivio a la pobreza y la generación de empleos. Al principio el discurso prolonga la operación "México Seguro" del presidente Fox, del que nadie se acuerda, en especial los delincuentes, pero Calderón convoca a las fuerzas militares y policías a destruir al narcotráfico de frente. Surge, como en épocas muy históricas, el ofrecimiento bélico. "El Estado mexicano tiene la capacidad, el despliegue, las atribuciones para ganar esta guerra[;] es una guerra muy compleja, pero es una guerra ganable", dijo el titular de la PGR, Eduardo Medina-Mora, en 2006. Calderón añade: será una guerra difícil, sufriremos pérdidas pero la ganaremos.

Por más que se desplieguen los cantos de hazañas y victorias, y por más que la sociedad está convencida de la necesidad de erradicar al narco, los resultados son, si se quiere el traslado a la psicología individual, muy deprimentes. Algunas consecuencias de la escalada: en 2008 se reconoce a Ciudad Juárez como "la ciudad más violenta del mundo", con 130 homicidios dolosos por cada cien mil habitantes, por encima de ciudades como Nueva Orleáns, Caracas, Bogotá y Bagdad. En esta misma lista de las fatalidades urbanas, Tijuana ocupa el cuarto lugar, con 73 homicidios por cada cien mil habitantes. Calderón resume en noviembre de 2009: "Jamás he pretendido engañar a los mexicanos. Dije el primer día de mi mandato que ésta iba a ser una lucha larga que tomaría tiempo, recursos y costaría muchas vidas humanas pero que valía la pena".

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Mas datos ofrecidos por las publicaciones: entre el 31 de diciembre y el primero de enero de 2010 el crimen organizado agrega a su cuenta 55 asesinatos, veinte de ellos en Chihuahua, incluidos doce en Ciudad Juárez, que concluye su récord anual con dos mil 658 homicidios, incluidos cuatro militares, 32 estadounidenses, 60 policías, 125 menores y 164 mujeres, además de 23 decapitados y 168 enviados a la fosa común. En dos años, son cuatro mil 314 los ultimados en Juárez, que se añaden a los mil 656 ejecutados en 2008, 45 de ellos descubiertos en dos narcofosas. En 2009, por tercer año consecutivo, el Gobierno Federal sostiene en quince estados los operativos conjuntos contra el crimen organizado, a pesar de lo cual se acrecienta veinte por ciento el número de personas ejecutadas, en relación a 2008.

En el capítulo de secuestros, de enero a julio de 2009 la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal interviene en 101 casos; en 75 de ellos, pese a la investigación oficial, los familiares de las víctimas pagan rescate. Según fuentes oficiales en 2009 la capacidad armamentista del narcotráfico les permite adquirir no sólo los tradicionales fusiles de asalto AK-47 y AR-15, sino lanzagranadas, granadas de todo tipo y fusiles Barret, utilizados para defensa antiaérea en países en guerra. Los operativos se efectúan en Aguascalientes, Quintana Roo, Chiapas, Campeche, Tabasco, Chihuahua, Sinaloa, Guerrero, Coahuila, Michoacán, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas, Baja California y Veracruz.

Fuentes de la PGR y de la Secretaría de la Defensa Nacional contabilizan 17 mil 42 ejecuciones en el periodo que va del último mes de 2006 al 29 de diciembre de 2009. Siete mil 42 en 2009; cinco mil 903 en 2008; tres mil 537 en 2007 y 560 en diciembre de 2006. Y la guerra va. Según informes de funcionarios del gabinete de seguridad nacional, en un año se duplica el número de mujeres ejecutadas por el crimen organizado, al pasar de 195 en 2008 a 425 en 2009. La feminización del crimen. En el mismo periodo disminuyen los policías asesinados, de 535 a 470. En cuanto a militares, el número de bajas decrece comparativamente entre 2008 y 2009, al pasar de 52 a 35.

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Las cifras son vertiginosas y defraudan las promesas del blietzkrieg gubernamental. Las sociedades se van acostumbrando a "la otra normalidad", la del miedo a ráfagas, el descenso de las salidas nocturnas de los jóvenes y las jóvenes, el pago de "contribuciones forzadas", los levantones, así como entierros instantáneos, los sobresaltos en la calle al oír la llegada de un auto a toda velocidad, la zozobra en los restaurantes y los bares, la insolencia de los narcos en cuanto sienten negociada su tranquilidad, los fallecimientos aparatosos de los capos, las balaceras de tres o cuatro horas, la emergencia de vastos contingentes de las fuerzas del orden luego de los enfrentamientos, las quejas de los vecinos por el allanamiento de sus casas o departamentos, los reclamos inútiles de las Comisiones de Derechos Humanos, los enojos de clérigos y Pilares de la Sociedad que acusan a las Comisiones de Derechos Humanos de proteger a los delincuentes, los partes oficiales muy categóricos: "Con esta acción (la muerte del capo, la detención de un colectivo de sicarios, el confiscamiento de toneladas de marihuana o cocaína) el narcotráfico ha sufrido un golpe del que no se repondrá fácilmente"... Y además, las denuncias contra miembros del Ejército por violaciones a los derechos humanos.

Y en todo momento el recelo, la incredulidad social. "Esto no fue así/ Todos son cómplices/ Todos son socios/ ¿A quién quieren engañar?". Así, a propósito de los arreglos funerarios de Beltrán Leyva en Cuernavaca se vigoriza el humor negro. Manda una carta un lector: "Lo único que faltó fue una cartulina junto al cuerpo que dijera 'tómela varvon, aquí se respeta la lei y si no lla saven k les pasa. Atte. Para que vivas mejor'" (La ortografía corre a cargo de la burla). Las versiones más fantasiosas disponen de su rango de credibilidad, las declaraciones oficiales son el paisaje lejano de las versiones que se aceptan, las campañas de la mercadotecnia oficial hacen las veces del murmullo incomprensible...

Y las sospechas: este hotel o este edificio de departamentos de lujo o esta residencia o este restaurante esplendoroso o esta agencia automotriz o este mall o este automóvil incandescente son fruto del lavado de dinero. Para tristeza de la historia triunfal del capitalismo, ahora se asocia con frecuencia el derroche con el lavado de dinero. ¿Quién volverá a creer como antes? El esplendor de los zares no ocultaba el lavado de dinero.



PLAN B Si todo esto acontece y, de modo previsible, seguirá aconteciendo, siempre queda una alternativa: el Gobierno puede declarar: "Se está ganando la guerra, iremos hasta donde sea preciso llegar, hasta más allá de las últimas consecuencias. No nos dejaremos amedrentar". Además, ya Calderón profetizó: "2010 será un buen año para México porque es el año de la patria".

domingo, 3 de enero de 2010

Los aparadoristas de las fotos de Beltrán Leyva

Por: CARLOS MONSIVÁIS

"Enigmas" de los días recientes: ¿qué sucedió el 16 de diciembre en Cuernavaca en el ataque al departamento del narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, El Jefe de Jefes? ¿Quién ordenó la escenografía de los cadáveres, con todo y billetes de 500 y mil pesos cuidadosamente arreglados sobre el cadáver de Beltrán Leyva, y la proclamación de la derrota del capo evidenciada por su cuerpo semidesnudo y convertido en la orgía unipersonal de sangre? ¿Por qué, de modo inmediato, nadie aceptó la paternidad de los arreglos mortuorios, la Secretaría de Gobernación declaró que no era asunto suyo y que investigaría, la Procuraduría General de la República declinó la responsabilidad y rebautizó su inocencia señalando a la Policía de Morelos, la Armada se dijo tan sorprendida como los lectores de periódicos o los oyentes de noticias, el Servicio Médico Forense de Cuernavaca se hizo a un lado? Además, ¿por qué la incursión en edificios con cerca de cien departamentos no se acompañó de órdenes judiciales?, ¿por qué no hubo el mínimo respeto a los habitantes no involucrados en el enfrentamiento, la gran mayoría?

Algunos saben, pero nadie supo. Los seis peritos del Semefo de Morelos participantes en el levantamiento del cuerpo de Beltrán Leyva son categóricos (22 de diciembre): "Sólo cumplimos órdenes dadas por agentes federales para alterar la escena del crimen, pero no tomamos las fotos donde 'El Barbas' se encuentra semidesnudo o cubierto de billetes ensangrentados". Según los peritos, naturalmente requeridos de anonimato, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) los separó del cargo el 21 de diciembre en la noche, pero ellos no atendieron la noticia de su despido, mismo que desmintió la PGJE: "No están cesados ni se les ha dado de baja aún, están trabajando de manera normal. Probablemente no se les suspenderá en estos días".

Luego (28 de diciembre), la Procuraduría del Estado separó de sus cargos a tres preceptores (encargados de levantar cadáveres) y a un médico legista acusándolos de haber manipulado el cuerpo de Beltrán Leyva: "Están suspendidos provisionalmente bajo una medida precautoria, que la procuración de justicia está ejerciendo a través de la visitaduría, de sus actividades para que no continúen actuando de manera ilegal. Se está aplicando el derecho administrativo disciplinario para valorar su conducta y tener la sanción correspondiente". La burocracia en acción que multiplica sus comisiones, amplía el organigrama y selecciona sus culpables. Se sienten en falta porque la opinión pública o la mera reacción racional se indignaron ante el montaje pésimo de un fin de acto. Doce días después de las fotos la PGJE se da cuenta: "Específicamente, los preceptores manipularon el cuerpo, los objetos y el dinero que pusieron sobre el cadáver. Hubo manipulación de los billetes con sangre. Esto es un incumplimiento a las obligaciones, que ellos manifiestan fueron instrucciones federales".

Así que por su cuenta los preceptores y el médico legista se lanzaron a una instalación pseudoartística o, si se quiere, a la fotografía de grand guignol. Pesadilla en Elm Street a la carga. Y sin dar explicaciones convincentes, no están de moda, la Procuraduría perfecciona su cortina de humo burocrática: "Los preceptores faltaron a lo establecido en el Artículo segundo del acuerdo 33/2009, publicado en el periódico oficial Tierra y libertad el pasado 9 de diciembre, el cual establece que el preceptor es un auxiliar del perito médico forense y dentro de sus funciones está el levantamiento y traslado del destino final de un cadáver, así como la aplicación y medidas de higiene y seguridad en el anfiteatro".

Nos imaginamos la escena en el departamento, ya escenario gore: los marinos y los oficiales del Ejército y los agentes judiciales contemplan fascinados a los preceptores, dedicados a su obra maestra: convertir un cuerpo en un telón de fondo de la metamorfosis del narcotráfico. Los militares y marinos y agentes de la PGR no dicen una palabra, absortos en la creatividad del equipo forense, tal vez alguna felicitación o varias miradas de asombro. Pero no más. Con pleno olvido del acuerdo 33/2009 publicado en el periódico Tierra y libertad, preceptores y legista se afanan en hacerle pasar un mal rato al Gobierno Federal que, por intermedio de la Procuraduría de Morelos, se sorprende muy tarde pero, es de suponerse, con la efectividad que por lo pronto nadie advierte.

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La escenografía de la Patria es complicada. Ante la muerte del marino Melquisedet Angulo Córdova, se requerían exequias de primer orden que destacaran la calidad épica de su muerte, algo seguramente cierto. El problema es la delación, si se quiere en alguna medida voluntaria, del participante en la ejecución de Beltrán Leyva, uno de los narcos más crueles de este periodo. Se aprestaron para el entierro los medios de comunicación, los Poderes de la Unión en cualquiera de sus representaciones, los funcionarios del pueblo Paraíso, en Tabasco, se fotografiaron de modo constante a la madre y la tía de Melquisedet, y los funcionarios se fueron felices a sus casas y a sus equipos de seguridad, seguros de que esa noche nadie los amedrentaría. Alertados sobre la identidad del marino y la ubicación de su familia, los sicarios del cártel correspondiente se presentaron a la medianoche, horas después del funeral y mataron a la madre, la tía y dos hermanos de Angulo, lo que era previsible, pero lo que no impidió que las autoridades supremas proclamaran su decisión de no dejarse amedrentar.

Además de la maldad inherente al narcotráfico, los cuatro asesinatos tienen un origen inequívoco, señalado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos: las fuerzas de seguridad no cuidaron a los parientes cercanos ni en momento alguno buscaron protegerlos. Por lo visto, no han estudiado con el rigor indispensable los procedimientos de revancha y el desprecio absoluto a la vida humana de los narcos, lo que lleva a las escenas videograbadas y fotografiadas del velorio de los miembros de la familia Angulo, donde los marinos llevan un pasamontañas que protege su identidad. Los errores encadenados a esto conducen: a las fuerzas de seguridad que ocultan su identidad facial para resguardarse del Estado dentro y fuera del Estado.

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El desbarajuste, el desgobierno, la desfachatez de las declaraciones del "Llegaremos a las últimas consecuencias". No escasean las acusaciones contra militares por su involucramiento con el crimen organizado, persiste la criminalidad con sus cadáveres como mensajes, el gran golpe de la muerte de Beltrán Leyva se diluye entre inculpaciones de toda índole y confusiones que ocultan las contradicciones o viceversa. Son demasiados los que insisten en la necesidad de regresar el Ejército a los cuarteles. Felipe Calderón se niega rotundamente. El miedo crece, agravado por la inmensa crisis económica, y pronto será excepcional que a un cadáver lo despidan envolviéndolo en billetes de 500 y mil pesos.