domingo, 27 de diciembre de 2009

Como usted sabe... ¿No me repite la pregunta? (II parte de las evocaciones)

Por: CARLOS MONSIVÁIS

La ignorancia de la ley no impide la observancia de la fe. El 2004, como todos los años, fue pródigo en expresiones del conocimiento diferido. Así, el alcalde panista de León, Guanajuato, Ricardo Alaniz Posada, no muy al tanto de las normas aprobadas por la Secretaría de Salud, se despachó con la cuchara grande del integrismo: “Le pido al ayuntamiento de León su aval moral con el fin de elevar como política pública el rechazo a la píldora anticonceptiva, pues existen dudas acerca de si es un abortivo. Si la mayoría de la población de León votó por el PAN saben que nosotros somos Provida. Tres regidores ya dieron su apoyo para que el rechazo sea tomado en cuenta como una política pública”. (La Jornada, 5/ febrero/ 04).

DEL DERECHO CANÓNICO COMO MERCADOTECNIA TEOLÓGICA
En 2004, hace apenas cinco años, la campaña del clero contra la píldora del día siguiente incluyó el aletear de las excomuniones para los enemigos del diluvio demográfico. Al advertir el fracaso de la ofensiva, el castigo se reconsidera. El arzobispo primado de México, Norberto Rivera, aclara: “La excomunión no se dará de manera automática por ingerir la píldora, sino que se aplicará a todos los que tengan la clara intención de matar un ser humano y que el asesinato se consume” (La Jornada, 2/ febrero/04). Y entonces yo daré la media vuelta, pudo haber dicho José Guadalupe Martín Rábago, otrora presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM): “No se puede decir que automáticamente una persona que toma una pastilla estará excomulgada, porque se necesita verificar que se haya cometido un aborto, delito castigado en el derecho canónico”.

De modo que no hubo excomuniones por ese tema, porque no circuló el guapo que verificase, cuantificase y certificase los abortos. Y ya en plena huida, la retractación legislativa le tocó al diputado panista José Ángel Córdova, al conducir su titubeo por el desfiladero de la incertidumbre: “En el artículo 314, fracción 8, de la Ley General de Salud, y en el Reglamento General de Salud, artículo 46, fracción 3, se menciona que embrión es el producto de la concepción, desde el momento de la fecundación hasta la decimosegunda semana. Si tenemos en cuenta esto, y que la pastilla, en algunos casos, impide que se implante el embrión, de alguna manera esto es un microaborto” (La Jornada, 2 de febrero).

De aborto a microaborto, y eso, de alguna manera. El diputado Córdova, que luego llegó a la Secretaría de Salud, hizo de la necesidad trapecio ideológico y se fue con el sol cuando murió su tesis. El diputado intuyó el delito, ¿pero quién lo denunciaba? ¡Ah, límites de la fisiología! Porque, concluyó el panista ¡presidente de la Comisión de Salud!, “Lo que pasa es que el embrión no se puede manifestar”. Y ni modo de salir con la intimidación al embrión: “Habla ahora o calla para siempre”.

APROPÓSITO DEL SIDA, HACE POCO ‘PECADO MORTAL’
En octubre de 1997 (La Jornada, nota de Raúl García) la diócesis de Ciudad Altamirano, Guerrero, distribuye a los católicos de la región de Tierra Caliente un volante contra el condón, en el que se afirma que recurrir a él es “pecado mortal”. Asimismo, critica al Gobierno “porque ha gastado millones de pesos a favor del condón, y aun así el Sida ha cobrado miles de vidas”. El volante está ilustrado con una caricatura, en la que se representa a un diablo con un condón en la mano y frente a él una pareja de novios —se supone que el diablo los está incitando—, flanqueada por un sacerdote que carga una cruz, diciendo: “¡Hijo mío, no uses el condón!”. Aparece también un mensaje con el texto: “Si andas de andariego, usa el condón; si eres fiel a tu pareja, te recomendamos no usar el condón, porque estarías en pecado mortal, el diablo te tienta y privas a una nueva vida”.

En la publicación se agrega la sugerencia a los sacerdotes de la diócesis de Ciudad Altamirano, la cual abarca municipios de las regiones Norte y Tierra Caliente de la Pastoral Sur en Guerrero, que en sus misas alerten sobre el uso del condón y les pidan evitarlo, así como una crítica al Gobierno Federal.

Por su parte, el obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilpa, Efrén Ramos Salazar, dijo en una entrevista que en esta zona no se ha puesto en práctica ninguna campaña contra el preservativo, aunque aclaró: “Todos los métodos anticonceptivos sencillamente lesionan un orden natural; la Iglesia siempre proclamará que todos esos medios y todo lo que atente contra la vida son ilícitos”.

En 1997, también, en Signo de los tiempos, revista del IMDOSOC, el doctor Luis Cárdenas Bravo es fulminante: “No pretendemos negar el hecho inobjetable de que, en efecto, sí disminuye en un momento determinado el riesgo de adquirir el Sida, pero este solo hecho, tomado así de manera aislada, nos conduce ante un planteamiento aislado de las cosas, y a pasar por alto un aspecto importantísimo: que el uso del condón como medida de protección sólo puede justificarse o tiene razón de ser en las relaciones sexuales de alto riesgo, las cuales, se sabe muy bien, son evitables…”.

DEL PARTIDO DE LA ‘MODERNIDAD CRÍTICA’
Hay noticias del pasado reciente que afirman en la idea de que en efecto, como dicen sus nuevos apologistas, el PAN lleva tiempo de ser un partido que vivifica la vida política mexicana. Véase esta nota de septiembre de 1997: “Ante la denuncia de prostitutas del municipio de Vicente Guerrero, Durango, de que se les impide el libre tránsito, se les extorsiona y se les bloquea la entrada a los servicios religiosos, el alcalde panista de ese ayuntamiento, Jaime Guzmán Franco, explicó que las regulaciones consisten en evitar el paso de estas personas exclusivamente cuando andan vestidas de trabajo. Entrevistado por teléfono, el alcalde panista describió como ropa de trabajo las blusas ‘escotadas y faldas rabonas’, y consideró que esas prendas escandalizan a la población que acude a la plaza principal. Cuando estas personas andan vestidas decentemente no son molestadas por la Policía Preventiva, aclaró”.

DE LOS ÁLTER EGO DE UN BUEN GOBERNANTE
De una entrevista con el gobernador panista de Querétaro Ignacio Loyola Vera, (Nuevo Amanecer, 2 de septiembre de 1998): “—Es usual que los estadistas, los gobernantes, tengan su álter ego, ese alguien con quien uno platica, con quien uno se oye permanentemente… ¿Tiene usted alguien con quién hablar con esta frecuencia y con esta profundidad?

— Va a venir la crítica, pero es mi esposa y es Dios. Hablo también con los ex líderes patronales Bernardo Ardavín y Carlos Abascal y con el empresario local Alfonso Soto”.

lunes, 21 de diciembre de 2009

No se supo, pero qué importa (Primera parte)

Por: CARLOS MONSIVÁIS

Suerte te dé Dios que el saber poco te importa. El refrán hispano puede o no tener vigencia, pero su falla no es la escasa o nula importancia del saber, sino que la suerte no necesariamente la da Dios sino la pertenencia a una dinastía, la red de relaciones sociales, las buenas relaciones con los jefes. Por lo mismo, manejar o no entidades tan abstrusas como el idioma, la lógica, los conocimientos específicos, resulta francamente baladí, si la palabra todavía se usa. Además, ¿qué es saber a estas alturas tan visuales? Los datos por escrito (la historia, maestra del tedio) no importan demasiado, lo que cuenta son las imágenes, los videos, las muestras del photoshop. No obstante, hay que conceder espacio a los conocimientos todavía no jubilados, y por eso excavamos en el archivo y encontramos algunos ejemplos del conocimiento fast-track.

1. El que bien ignora jamás se rinde

¿Quién fracasó primero: la educación pública o la educación privada? A los convencidos de la segunda opción, les conviene revisar la entrevista en Radio Red (enero de 2004) con el ingeniero José Luis Luege Tamargo, director actual de Conagua, veterano de Acción Nacional, ex procurador federal de Protección al Ambiente. El tema: lo dificultoso del examen para elegir consejeros del PAN.

Iván: Ahora, ingeniero Luege, según nos cuenta tardó 195 minutos en contestar, ¿qué?, más o menos unas 400 preguntas. ¿Qué le costó más trabajo?, ¿qué siente usted que fue lo más complicado?

Luege: Cada bloque era de entre 50 y 100 preguntas y para mí lo más complicado fue una parte que consiste en una lectura de comprensión.

Iván: ¿No me diga que ahí se trabó?

Luege: Yo no sé quién escribió eso, pues es la cosa más complicada.

Iván: ¿Usted sí puso atención en el autor?

Luege: No, es que menciona varios autores de esos incunables, mano, complicadísimos y muy rebuscada toda la lectura, ¿no? Entonces eso a mí se me complicó, pero espantoso. Pero en general, si lo haces con atención yo creo que cualquier militante puede perfectamente acreditar el examen (subrayados son cortesía del artículo).

Todavía no se acaba esta fuente de la filosofía del buen gobierno

Iván: A ver, ingeniero Luege, rápidamente. ¿Qué decía ese texto de comprensión?

Luege: (Risas) ¡¡Nooooo!!

Iván: ¿Se acuerda, o no lo comprendió? Porque si le comprendió y contestó: se acuerda.

Luege: Hablaba sobre la filosofía -digamos- de un buen gobierno, de la modernidad en el ejercicio de un buen gobierno que toma como base experiencias del pasado y prospectivas de las experiencias que ha habido como gobierno en México y en América Latina, pero créeme que era de lo más complicado.

Iván: ¿Harto difícil?

Luege: Sí, qué bárbaro, es decir, esa sí estuvo dura esa parte... Evaluar digamos, habilidad de razonamiento, también es muy fácil, son respuestas lógicas. Lo único que debes de tener es un poquito de atención, pero si te das cuenta, con esas tres partes estás prácticamente ya del otro lado, ¿no?, porque son 20, 20 y 20, tendrías ya 60 puntos, si los contestas bien y prácticamente estás ya del otro lado.

Iván: A ver, ¿usted estudió bien? Esta guía de estudio que tuvo como base, entiendo también, el Informe, el último Informe del Presidente de la República.

Luege: Bueno, yo, yo, yo...

Iván: Aquí entre nos, la verdad, ¿lo había leído?

Luege: Bueno, yo afortunadamente había leído el documento que se llama A mitad del camino del Gobierno Federal que está en Internet, ¿no?, y eso me sirvió para algunas, algunas...

Iván: ¿Pero le dieron su guía de estudio o no?

Luege: Yo... mira... (risas) la pude leer una sola vez por falta de tiempo, pero pues sí me ayudó, ¿eh?

2. Apología de la contradicción

En 2004, Armando Salinas Torre, subsecretario de Gobernación encargado de Población, Migración y Asuntos Religiosos (la trinidad de las tareas idénticas), probó la nueva estrategia que a la letra dice: procede como te dé a entender tu corazón y si critican tus acciones, te corriges sin aceptar nada ("Los medios tergiversaron mis palabras... etc."). Así, Salinas Torre declara: "No hay decisión definitiva sobre la píldora de emergencia y se constituirá un grupo científico para evaluar si es un procedimiento abortivo". (La Jornada, 5/02/04). Y se explaya sobre el encuentro entre la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar y los secretarios de Salud y Gobernación: "Uno de los temas que se abordaron fue esta preocupación (la píldora) y la conclusión es clara: no se debatió ni se deliberó en torno a ello ni se fijaron posiciones". ¡Qué curioso! Abordar es distinto a deliberar y a debatir, qué trilogía de verbos más incomunicados entre sí.

Salinas prosigue: "Se acordó tener una serie de reuniones entre religiosas y la Secretaría de Salud, con sus respectivas representantes científicos, para discutir este tema en el ámbito médico". Sin demasiada amabilidad, Salinas Torre corrige al secretario de Salud Julio Frenk, que un día antes asegura: "El Gobierno Federal no dará marcha atrás en la incorporación de la píldora de emergencia en los métodos de planificación familiar". Sin inmutarse, el subsecretario rectifica al doctor: "La píldora no tiene nada que ver con las relaciones de la Iglesia Católica con el Estado laico".

* * *

Sigue la entrevista:

P.: ¿La píldora es abortiva o no?

R.: No estoy calificado para comentar el tema porque no es un asunto que haya podido estudiar. Me la he pasado contentando entrevistas que me han impedido del todo ponerme a estudiar (dice don Armando contentando, no concertando, asunto que llevaría mucho más tiempo). Es un tema que no conozco a fondo sobre el que se delibera de manera cotidiana.

¿Qué piensa sobre la legitimidad de las amenazas de excomunión que ha proferido la Iglesia Católica contra quienes utilicen la píldora (o la promuevan)?

Es justificable. Es una expresión de culto que llevan los ministros de culto de cualquier iglesia y se respeta lo que ahí puedan plantear, siempre y cuando no invadan las esferas para las cuales está expresamente señalada en la ley una restricción, y en estos casos no hay ninguna.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Pobre del pobre que al cielo no va

Por: CARLOS MONSIVÁIS
El refrán antiguo no ha perdido vigencia: "Pobre del pobre que al cielo no va,/lo friegan aquí, lo friegan allá" (En atención a la decencia de siglos puse "friegan" en lugar de "chingan", como en la expresión original). Esto se relaciona con los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que el 10 de diciembre da a conocer cifras a modo de plazas sembradas en dispositivos de exterminio. Según el Coneval, hasta 2008 sólo el 18 por ciento de los mexicanos -19.5 millones- disponía de los ingresos suficientes para vivir y tenían a su favor todos los satisfactores, de acuerdo con la Medición Multidimensional de la Pobreza. Con su traición habitual, las cifras desmienten a los gobernantes, desde Vicente Fox que aseguró haber erradicado la pobreza hasta Felipe Calderón, que da por resuelta la crisis y luego se declara abrumado por la condición de sus gobernados.

Con base en información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de 2006-2008, el Coneval encontró a 77.2 por ciento de los mexicanos con al menos una carencia social y a 30.7 por ciento que acumulan tres. Además, 16.5 por ciento se sitúa por debajo de la línea de bienestar mínima y 48 por ciento -una de cada dos personas- tiene un ingreso inferior a la línea de bienestar. El Presidente del Empleo es ahora el Mandatario de la Injusticia Social.

Según la medición multidimensional, el bienestar (ingreso) tiene que ver con la cohesión social y la carencia de derechos sociales: educación, acceso a servicios de salud y a la seguridad social, calidad, espacios de vivienda y servicios básicos en el hogar y alimentación. De acuerdo a esta metodología, una persona se instala en la pobreza cuando sus ingresos no le permiten adquirir los bienes y servicios indispensables para atender sus necesidades y presenta la carencia de al menos uno de los seis indicadores.

En cuanto a la población en pobreza multidimensional moderada (el término no es fácil de entender, pero lo que describe debe ser imposible de soportar), 33 por ciento de los pobladores está en ese nivel, es decir, 36 millones de mexicanos padecen entre una y tres carencias sociales, además de que cuentan con menos de los ingresos ubicados dentro de la línea de bienestar que son de mil 262 pesos mensuales en el campo y de mil 921 en la ciudad.

Conviene decir que la cultura, un bien indispensable, no es tomado en cuenta como satisfactor, quizás porque resulte evidente (y fatal, en la lógica de los gobiernos) su característica de recurso inconcebible en el mundo de los escasos recursos.

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Además de las realidades aparatosas hay que tomar en cuenta el darwinismo social que se presenta como fatalismo y que es aceptado incluso por sus víctimas. Revísense las expresiones "que no dejan salidas", a partir de la inexorable "Eres pobre porque quieres", tan repetida por empresarios y denostadores de la idea de la desigualdad como hecho inevitable de la vida humana. Allí están otras afirmaciones de la inutilidad de la resistencia: "No te quejes de las condiciones de tu empleo, alégrate hasta las lágrimas de tener uno/ Dios nos recomendó el esfuerzo, tú te conformas con trabajar de sol a sol, y eso no es esfuerzo sino terquedad: Dios no te recomendó la rutina/ El perdón de Dios sólo alcanza a los que no rezongan por el salario mínimo/ Ayúdate que Dios te ayudará. Sí, pero Dios no ayuda a los que con tal de que no les digas flojonazos, trabajan como bestias/ Los pobres viven mal porque no quieren cambiarse de colonia/ Más vale rico y sano que pobre y enfermo/ El triunfo es un arca de Noé donde se entra de par en par y no con once hijos, la mujer, tres queridas que viven en el mismo edificio, la suegra y dos compadres a los que todavía no se les quita la borrachera. Si esta descripción te parece clasista y racista, consíguete una mejor.

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Las certezas del darwinismo social, o fatalismo, no han aceptado refutaciones: "Si naciste en la base de la pirámide, acostúmbrate a ser siempre un migrante, pero de tus alrededores. Con las excepciones que son dones de la suerte o de la ilegalidad, la movilidad social no es lo tuyo. Ah, y por ilegalidad sólo se entiende la que se practica desde abajo".

Hasta aquí lo habitual, pero la Crisis (la crisis), lleva el paso redoblado que no detendrá el 2010, no obstante los exorcismo de los gobiernos (las frases sólo blindan a las palabra que las componen). ¿Cuál es el porvenir del darwinismo social?

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¿Qué entiendo aquí por darwinismo social? Si no el proceso de erosión o destrucción de las alternativas de valoración, sí el peso de las formaciones tradicionales (el conservadurismo religioso, el clasismo, la ideología patriarcal) a las que se añaden los mecanismos del poder autoritario, de los quebrantamientos educativos y de las industrias culturales. Nada se puede hacer -es el mensaje transmitido de múltiples formas en los siglos del virreinato- si eres indio o mestizo; nada es posible, se decreta en el siglo XIX, porque vives en este caos que ni siquiera es nación; todo será inútil, se proclama en el siglo XX, si no perteneces a la élite o si no tienes sitio de privilegio en la movilidad social.

El fatalismo es un elemento primordial de la visión de la pobreza: "Ser pobre es no poder dejar de serlo". Desde el llamado de los curas del virreinato que les exige obediencia y resignación a los indígenas y los pobres urbanos, el fatalismo ha convertido las limitaciones económicas y sociales en rasgos de la idiosincrasia personal y colectiva.

Si la desigualdad es rasgo inalterable de las sociedades, quienes la combatan fracasan de antemano. Y aquí no se debe olvidar a los políticos que a nombre del combate a la pobreza se promueven a sí mismos con intensidad, para no hablar de los protectores de la nación en el orden jurídico. Los magistrados del Tribunal Electoral ganan cuatro millones al año, es de esperar que por su defensa de los pobres.

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Allí está la letra del vals peruano: "Mi sangre aunque plebeya/también tiñe de rojo... Señor, ¿por qué los seres no son de igual valor?". O el infaltable José Alfredo: "Yo sé bien que estoy afuera/Pero el día en que yo me muera,/Sé que tendrás que llorar". Los epitafios sobran.

¿Es usted un candidato de clóset?

Por: CARLOS MONSIVÁIS

La expresión "de clóset" es un lugar común de las tinieblas. Hay encuestadores de clóset (la especie más abundante en las cenas), optimistas de clóset (la especie que finge hablar con puro sentido del humor), entrenadores de la Selección Nacional de clóset, etcétera, etcétera. Hasta ahora, la única especie inconcebible es la de candidatos presidenciales de clóset. Al respecto nadie se esconde y hay más comités de precampaña que votantes. En vista de lo anterior, y con tal de ampliar el debate público, presento un cuestionario irrefutable.

De acuerdo al Test Freud-Cisen, el que no deja mentir, la calificación de un candidato de clóset le interesa en primer lugar a las agencias de publicidad, las representantes por excelencia del pueblo de 1810 en adelante. Colgados de los pulgares o domiciliados en un potro de tortura, los encuestados deben ser sinceros, porque desafían a los candidatos ya establecidos, todos llamados por coincidencia Enrique Peña Nieto, y deben también vivir muy resignados. Lea con cuidado y marque cada respuesta con F (Falso) o V (Verosímil).

I. Formaciones ideológicas

1. Cada que te perturban las injusticias sociales o la impunidad de los poderosos, tú:

A) Te vas a tu casa de campo porque los fines de semana le concedes asueto a la conciencia ética. F V

B) Te acuerdas de que entraste en política a causa de tu temperamento disidente (no crees en la muerte como beca del más allá, tienes el dinero suficiente para saber que necesitas padrinos que eviten que te lo gastes) y llevas dos décadas de no usar ropa interior, por si se ofrece un quickie. F V

C) Cuando finges modestia te dices a ti mismo en voz baja: "A otra mesa redonda con esa ponencia" (antes te hubieras dicho: "A otro perro con ese hueso"). F V

D) Relee la frase de un ex miembro del Partido Comunista, ex miembro del PAN y hoy candidato del PRI en su estado natal: "Lo más normal es tener convicciones y vivir como si nunca te hubiesen notificado de su existencia". F V

E) Te controlas para no mostrar humildad y, también, no persignarte cuando pasas frente a Palacio Nacional. F V

II. Introspección sin subterfugios

1. ¿Tú te concibes a ti mismo como...

A) Un ser humano como otros tantos grandes empresarios.

B) Una persona del pueblo traicionada por el pinche destino al que nunca le parece suficiente la cantidad de pobres llenos de frustraciones.

C) Un producto azaroso de la evolución de la humanidad en su lucha por eliminar la desigualdad, lo que se conseguirá uniformando a través de la pobreza o la miseria a 99% de los seres vivos o casi.

2. Julio Verne escribió muchos libros. ¿Cuál es tu predilecto?

A) Cómo manejar tus inversiones en las Islas Caimán.

B) La vuelta al mando en ochenta off shores.

C) Las tribulaciones del materialismo histórico en el mercado libre.

Nota: Ocho de los libros antes citados no son de Julio Verne. Señala.

III. Citas citables

Una de las siguientes citas de la literatura clásica no es exacta. Léelas en voz alta y (en silencio) explícate a ti mismo cómo descubriste la impostora.

- "Vine a Comala porque me dijeron que aquí había buenas oportunidades de agitar y tirar al presidente municipal que obedece en todo al cacique" (Juan Rulfo) F V

- "Miré los lemas de la patria mía/ si un tiempo vivos, hoy discontinuados" (Quevedo)

- "Y a la ley del embudo que hoy impera/ sucederá la optimización de la ganancia" (Salvador Díaz Mirón) F V

- "Pasó con su madre,/ ¡qué raro complejo! (Amado Nervo). F V

- "Mire usted, catrincito, tan cierto como que me llamo Demetrio Macías, en cuanto nos atrincheremos en el poder no volverá a publicarse en este pueblo una sola de sus críticas rencorosas que ofenden tanto al mundo libre, eso a menos que en cada número salgan dos reseñas de mis fiestas. Ya lo sabe: o mis fotos en portada en una garden party o a colgar en el aire agitando los piececitos" (M. Azuela, en su novela Los de arriba). F V

- "Proletarios de todos los países, uníos. Lo único que tenéis que vender son vuestras cadenas" (Manifiesto Comunista). F V

IV. Pruebas de personalidad

Un presidente no se improvisa. Hemos tenido en las últimas décadas ejemplos de su capacidad para el manejo de la economía, la exhibición del carisma y la congruencia declarativa. Así, tú, en circunstancias difíciles, deberás mostrar tu perfil de estadista.

Y si te piden que compares a Juanito con un héroe del pasado clásico de México respondes:

- Con Hermenegildo Galeana, del que no sabes nada más que el nombre que te llevó toda la primaria memorizar.

- Con El Santo contra el Tribunal Federal Electoral, una película que viste de niño y en la que salían zombies que le llevaban a los magistrados cartas del Poder Ejecutivo.

- Con el secretario del Trabajo Javier Lozano porque tienen el mismo poder de convencimiento.

Moraleja: lo que bien se aprende jamás le sirve a uno en la vida. Así que si quieres ser candidato en 2012 encomiéndate al Señor del Sufragio que Llegó Desde Antes. Lo más probable es que no ganes, pero siempre puedes decir que tus electores votaron fuera de contexto. O puedes aprovechar la estrategia puesta de moda recientemente: "El país está muy polarizado. Por eso no me voy a pronunciar sobre un asunto tan delicado aunque yo he sido consecuente con mis ideales, que no han sido consecuentes conmigo. Soy de una astucia extraordinaria, por eso no me peleo con el clero por si resulta que existe el cielo o que me pueden dar votos".

lunes, 30 de noviembre de 2009

¿Qué conceptos trajiste para el postre?

Por: CARLOS MONSIVÁIS
Él recibió la invitación para un encuentro y cuando se le notificó la clase de reunión que era y oyó el título, "Un chapuzón en tu mente. Piensa que estás pensando", no se molestó en preguntar "¿Y qué rollo es ése?", ni tampoco se preocupó cuando le advirtieron que cada asistente al acto tendría que llevar como boleto una idea, la que fuera, pero que a juicio de los organizadores aguantara. Y no se angustió tampoco, ni dijo: "¿Y qué flipada es ésa de llevar una idea, eso con qué se come?", y cuando llegó el día anunciado llegó al encuentro con la mente sucintamente en blanco, y oyó con indiferencia la voz a la entrada: "¿Y con qué idea vas a contribuir hoy?".

Respondió como de rayo: "Con la idea de no bostezar", y notó que había contestado bien porque todos sonrieron, y de allí en adelante el acto le pareció muy cool, porque ahora sí ya conocía lo que era una idea, de ésas que vienen de abajo hacia arriba y no al revés, cuando el azote del micrófono, así le dijeron, los interrogó: "¿Traen ganas de un chapuzón en la mente?". Respondió sin brío, pero sin levantarse e irse tampoco: "Chance que sí".

En el transcurso del foro agarró la onda: el pensar que estás pensando es cosa que sirve a las personas no sólo un día sino toda la vida, porque, por ejemplo, si haces un viaje largo y te aburres, te dices a ti mismo: "¿Y qué idea trajiste para entretenerte en el viaje?". Y te respondes, así nomás: "Ahora me traje unas mentalizaciones bien chidas, bien cool, sobre las diferencias entre la vida y la muerte, y también, por si se me agotan rápido, me traje una supercraneada sobre las distancias que hay entre el fracaso y el éxito".

Y el rollo de "¿Qué onda con las ideas?" comenzó a circular fuerte en su grupo de amigos, y uno que parecía hastiado de la vida se lanzó con una sugerencia padrísima: "No, sí, la cosa está del carajo, pero mis padres decían siempre que no hay cosa que no esté del carajo, y que el chiste del carajo es que se aparece en todas las cosas, y que cuando estás en un sitio y la cosa no está del carajo es que te distrajiste, así que lo mejor es aceptar que las cosas están así, porque si fueran diferentes a lo mejor ya no estaban del carajo y como que se perdía la identidad, y ya se sabe que uno sin identidad pues como que no, digo, o qué onda". ¡Qué buena rola!

Y una chava que había sido su novia y que a él le parecía el hemiciclo del tedio emitió una reflexión que resultó una gran idea, apta para las memorias agradecidas: "Lo clásico es la vida frente al espejo, que es lo que a fin de cuentas cuenta, y lo que hace que una mujer se vea bien arreglada es el esfuerzo porque no la sorprenda el día siguiente igualita al día anterior. Yo les digo a mis amigas: 'Cámbiate el look para que no crean que siempre eres la misma'. La mujer mexicana se ha preocupado mucho por cada día ser mejor en el aspecto laboral y en lo familiar, y si no consigue trabajo siempre se consigue una buena familia. Nos distinguen nuestros valores y nuestros atractivos físicos, y me temo mucho que la que no es guapa no es mexicana". ¡Eso sí que era pensar!

* * *

Pronto no hubo quien no le entrara al chapuzón en la mente, y se dieron iniciativas padrísimas como la fiesta conceptual, con el titulazo: "¿Qué ropa te llevarás a la realidad virtual?", donde los asistentes pretendían no verse y nada más se quedaban fijos ante las computadoras y luego se levantaban y exhibían su actitud de elegancia al natural, que demostraba que la mejor ropa es la que uno se imagina, y entre los conceptuosos de la universidad privada, donde más misas se escuchan de las dos a las tres de la tarde, se afirmó que es una gran idea andar desnudo con sólo una hoja de chips cubriendo la frontalidad voluntariosa (el que no sepa lo que quiere decir esto es que ha vivido atenido al vejestorio de la hoja de parra).

* * *

Y una idea muy padre, que él reconoce que está diatiro llégale, es el juego de la democratización universal. Se organiza una party y cada quien tiene que llevar una cámara fotográfica o una video recorder, que también valen como fuentes de ideas, y la mitad durante una hora la hace de celebridad y la otra mitad de paparazzi que toman fotos o graban desesperadamente (no se necesitan rollos, basta la actitud).

La siguiente hora los paparazzi se vuelven celebridades y también todos se toman muy en serio, porque ya llegó el tiempo de reconocer que todos tenemos derecho al anonimato durante 15 minutos en la vida, y el resto del tiempo somos celebridades. ¿Por qué, qué significa ser una celebridad? A estas alturas de la masificación, que todo el mundo que te conoce sepa que te conoce e incluso recuerde tu nombre, y esa es la mejor idea de todas: como en el fondo ya se sabe que no hay desconocidos, pues aceptemos que todos somos celebridades. Lo importante de la idea de ser una celebridad es andar con un bolígrafo a la mano como para firmar autógrafos, o saludar con aspavientos a los cuates que no conoces, pero que te responden con igual entusiasmo porque, viéndolo bien, ¿a cuántas personas se conoce realmente a lo largo de la vida?

Lo del juego de las celebridades universales ha tenido un éxito extraordinario, tanto que ya en determinadas colonias, Lomas Altas, Bosques de las Lomas, Pedregal de las Afueras, NezaYork y Ecatepec El Bajo, todos quieren reuniones para entrarle al role. Ya basta del elitismo de las celebridades de antes, que no querían que se les viera fuera de las fotos o las grabaciones. El mundo se ha hinchado tanto de gente que ya es notorio que los presumidos de la puerta estrecha carecen de ideas, y sin ideas ni caso vivir. Una idea es como el viento fresco en las noches de invierno, como una pregunta inesperada en la entrevista. Una celebridad se distingue porque es poseedora certificada de una idea y el que tiene una idea que la cuide, que la cuide. ¿Qué sintió Newton cuando le cayó la manzana y de pronto se dio cuenta de lo relativo que es el dolor? Sintió una idea y gracias a eso llegó a la inmortalidad. ¿Qué sintió Napoleón cuando dijo "Soldados, desde lo alto de estas pirámides 40 siglos os contemplan"? Sintió que había inventado la mercadotecnia y por eso ya no le importó tanto el destierro en una isla porque eso también era una idea.

¿Y qué idea más chipocluda, como se decía antes de mucho antes, que la idea de ser una celebridad porque así se tiene una psicología de calidad?

domingo, 22 de noviembre de 2009

Lo que quiso decir mientras hablaba

Por: CARLOS MONSIVÁIS

La confusión era general, la torre de Babel de las frases que se volvían bumeranes. El fenómeno llevaba tiempo de existir. Antediluviano, pero agudizado en los últimos días. Y una tarde, en una discusión en la Cámara de Diputados, ocurrió lo irremisible: cada una de las partes contendientes le pidió a sus rivales la explicación de lo que decían porque no entendían ni una palabra. El presidente de la cámara aseguró que él tampoco entendía ni madre (eso sí se entendió aunque no se supo a qué se refería), aunque ya estaba acostumbrado a no agarrar la onda porque en ningún sitio dormía tan plácidamente como en ese sillón. Poco tiempo después quedó al descubierto la verdad: de tanto desconfiar de los críticos, de tanto darle crédito a sus improvisaciones, nadie descifraba las voces ajenas. El laberinto de Babel. El conflicto se agudizó cuando vino un debate primordial (la asignación de recursos), que exigía saber lo que alguien, quien fuera, decía. Inútil. Todos contestaban con furia a lo que nadie había dicho. Y lo que pasaba en la cámara se trasladó a otros espacios notables. Ningún político de los reconocidos se expresaba de modo inteligible, y la palabra inteligible provocaba estupor: “¿Es un albur?”.

De nada sirvió un listado de vocablos útiles y frecuentes. Luego de juntar dificultosamente 100 palabras, se vio que eran muchos los que no entendían la mitad. El asunto se complicaba con los políticos de gran relieve (no es alusión corporal). De emergencia se crearon oficinas de “Lo que quiso decir el funcionario”, para responder a las críticas por expresiones inconvenientes o muy torpes. Se llegó al grado de mandar las explicaciones de lo que quiso decir antes de que el funcionario en cuestión hablara. Tampoco se entendían disculpas, y los encargados de redactarlas confesaron que ellos tampoco estaban al tanto de las intenciones del funcionario, el mismo que en confianza confesaba que a él, por demócrata, lo gobernaba el discurso. Se instalaron las oficinas de “Me citaron fuera de contexto”, que como las de “Lo que quiso decir el funcionario” se volvieron redes burocráticas. El mensaje político, el que hubiera, no llegó a lado alguno. De nada sirvió que los poderosos acudieran a los juegos infantiles: “Quefe tefe pafa safa”.

El conflicto de las frases envueltas en las brumas de los siglos llegó a la sociedad, esa secretaria adjunta del poder. Al principio afectó a los que veían noticiarios y trataban de agarrarle la onda a los políticos, los magistrados, los eclesiásticos, los empresarios. Ésos se adhirieron muy pronto al criptoñol, un idioma que tuvo mucho éxito en la Edad Media, y que usaron los servicios de Inteligencia en la Segunda Guerra Mundial. El criptoñol se trasladó al país entero. Los amigos ya no se entendían, hubo pleitos frecuentes porque al no captarse las preguntas se respondía con un “No” o un “Sí” fuera de lugar. El marido, tal vez con propósitos salaces, declaraba a su ferviente esposa: “Tan hemos cumplido con lo que la ciudadanía, es decir, a propósito de lo cual, los empresarios, por qué no, se opusieron, es decir, me apoyaron, es decir, boicotearon, lo que ni siquiera me propuse, somos la cuarta economía del planeta neta y la primera que allí sigue; en la medida de las fuerzas contingentes, te convoco, ¿faltaste a la conjunción debida, Patricia?”. Y la aludida, que creía que le expresaban las ganas de salir de vacaciones, decía simplemente “Sí”, y el balazo se producía de inmediato.

* * *

La influencia del lenguaje del poder resultó catastrófica: en los negocios se entregaba lo que el cliente no había pedido, en las reuniones de los partidos políticos todos creían que las investigaciones sobre corrupción iban en serio y aseguraban que si se habían beneficiado era por amor a México, los viajeros llegaban al aeropuerto y, de modo invariable, se encontraban rumbo a Timbuktú (donde ya hay una colonia mexicana llamada “Perdón, fui una loca, me ofusqué”), los médicos operaban de sarampión, las inauguraciones de edificios tardaban años porque los funcionarios no sabían que aún no estaban las construcciones, en las universidades el maestro explicaba anatomía a estudiantes de química. Como el criptoñol dominaba, nadie propuso la refundación del idioma y de la lógica. Si alguien lo propuso, nadie se enteró pues el misterio lo regía todo.

* * *

Un grupo de ingeniosos, que acababan de regresar a México y todavía no los dominaba el criptoñol, imaginaron un negocio formidable que de inmediato se posicionó en el mercado. Estos audaces empresarios, que ya no usaban la palabra y chateaban para comunicarse en el mismo cuarto, hallaron la solución: un sistema de alta tecnología, con terminales en cada persona, que consistía en un display en el que, con servicio de traducción simultánea, el usuario daba a conocer lo que tal vez había querido decir, o no, pero daba igual. No fue fácil ni barato. Cometieron errores graves, como lanzar propuestas indecorosas que querían ser demostraciones de amistad. Sin embargo, con el tiempo, y no sin algunas defunciones y pleitos a golpes, los displays cumplieron su función. Por fin la gente de la vida diaria se liberaba del criptoñol, aunque los poderosos, por vanidad o por el gusto a no confesar que no sabían lo que estaban diciendo, se negaron al display. ¡Qué se le va a hacer! Roma no se deshizo en un día.

Resueltas las vías de comunicación entre personas, sólo faltaba enterarse de lo que decía la clase gobernante. Se recomendaron fórmulas ancestrales, las señales de humo, o mímica de programas de concursos, o coros que transformasen en cánticos las declaraciones: “Ay, oyente, no te rajes”. Las señales de humo no se podían traducir y dos funcionarios murieron asfixiados, la mímica daba lugar a equívocos, y los coros cantaban lo que les daba la gana, lo que no hubiera estado mal si hubiesen coincidido con los discursos y declaraciones, pero nunca era el caso. La angustia crecía y la sociedad sufría, especialmente cuando las restricciones de la energía eléctrica suspendían el uso de los displays.

Esto sucedió hace unos años. No hubo manera de vencer al criptoñol y la República se transformó en una muchedumbre de signos y señales que evidenciaban el fin del uso de la palabra, que alguna vez sirvió para algo, aunque ya nadie está al tanto de para qué. Y yo, escribano humilde, admito que es la última vez que anoto signos sobre la página. Si soy descubierto, se me tratará sin piedad, y si se sabe que entiendo, más o menos, lo que digo, seré desterrado a la Isla de las Conjuras Verbales. Triste destino de las ganas de entender.

domingo, 8 de noviembre de 2009

¡Albricias, pastores, que está por nacer el Estado!

Por: CARLOS MONSIVÁIS

No hay Estado fallido. Ya pasó a mejor vida el Estado a la antigüita, con todo y presidencialismo y lectura del Informe ante un Congreso que consideraba blasfemia las críticas al presidente; queda como reliquia el espectro del Estado, hecho trizas por ineptitud, corrupción, represiones y culto a la impunidad que es la esencia del sistema. En el Legislativo abundan los representantes fantasmales de la voluntad de encumbramiento, y en el Judicial se acata la voluntad de los poderosos aunque no se molesten en emitirla. El desprestigio describe el manejo de imposiciones muy lesivas para la economía de casi todos y de trampas de lejano origen jurídico que buscan desalentar a quienes quieren participar en la política.

El debate (si así queremos llamar al jaloneo) sobre el aumento de impuestos revela la falta de convicciones y de información que ya es sinónimo de clase gobernante. En esto han coincidido los legisladores de PAN y PRI: actúan para luego contradecirse y decir que lo hicieron contra su voluntad, y que las cosas empezarán bien porque para eso las dejaron tan mal. El nivel doctrinario y cultural exhibido delata a la educación privada, formadora de la mayoría de los legisladores, y anuncia el fin del vocabulario amplio que alguna vez tuvo que ver con el uso en México del español. Se comprueba la ausencia de formas y de contenidos en la vida política. No saben qué decir ni cómo decirlo, crean laberintos en los que se enredan para descubrir que ya no saben a dónde iban.

Observen al secretario del Trabajo, Javier Lozano, hablando de la desaparición de LyFC: “No se trató de una acción represiva sino preventiva. Se nos ha criticado por lo que algunos llaman equivocadamente el sabadazo”. ¿A qué alude? Se podría suponer que la acción es preventiva para que la represión ya no sorprenda, o que prevenir con ánimo de exterminio es quitarle oportunidades de lucimiento a la represión, o mejor, que el secretario ignora que una represión nunca puede ser preventiva: “Te meto a la cárcel ahora para que después no te sorprendan las rejas”. Lozano responde a la pregunta “¿Cuál sería la reforma nuclear en la cuestión laboral?”, y lo hace en términos que llevan al desvarío: “El acceso al mercado de trabajo en modalidades que faciliten la productividad en las relaciones laborales y que aumenten la competitividad de nuestra economía”. Esta respuesta desconcertará al que se proponga entenderla: así que la reforma nuclear en lo laboral consiste en el acceso al mercado de trabajo en modalidades que faciliten la productividad. ¿No me repite, por favor? La reforma nuclear da como fruto estatal el acceso (¿de quiénes?) al mercado de trabajo (¿en dónde y en qué condiciones?) en modalidades que faciliten la productividad en las relaciones laborales (¿hay quién pueda descifrar esta contribución al sonido de una sola mano, la del licenciado, aplaudiendo?). Y el final es ya un concurso de fuegos de artificio en noches sin pretextos para usarlos: todo lo anterior, las modalidades que fomenten la productividad no en el trabajo sino en las relaciones de obreros y patrones, son métodos preventivos, el que declare entender este discurso será reprimido.

Escúchese el dictamen judicial del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont: “Estamos tomando decisiones difíciles que afectan la estructura de poder existente para volverla más incluyente, pero la inclusión y la participación no pueden imponerse”. Maravilloso, ¿para qué se vuelve más incluyente la estructura de poder si sólo va a beneficiar a quienes así lo decidan? Ahora resulta que uno no se incluye si no le da la gana, porque no quiero del Estado sino lo que me apetezca. ¿Y de qué participación habla? ¿De las decisiones que sólo una minoría exigua toma, de la sorpresa al saber que la estructura de poder se deja afectar por actos naturalmente preventivos?

Vacío de forma es desaparición de fondo.

n n n

¿A quién le creemos: a las palabras o a los votos? Si juzgamos por las votaciones en las cámaras, nos equivocaremos: los hechos nada tienen que hacer al lado de las declaraciones. Se han desgarrado las vestiduras alternas panistas y priistas alegando la urgencia de aprobar el plan Calderón en materia fiscal, y luego se arrepienten. Así, por ejemplo, el senador priista Francisco Labastida: “El paquete no nos gusta porque no impulsa el empleo, es recesivo, impulsa la inflación. Es un Frankenstein que llegó y al que le hicimos algunos cambios para quitarle lo más nocivo”. Conclusión: no le quitaron al paquete todo lo nocivo, sino lo más nocivo que no se toma la molestia de señalar. Les regalaron a las empresas televisivas dos años sin impuestos, no buscaron explicaciones mínimamente convincentes, creyeron que abstenerse, y lo dijeron textualmente, era una forma de votar, así como si dijeran que abstenerse sexualmente es una forma de follar, y esta no es metáfora sino extensión lógica.

En la mentalidad de los políticos históricos el arrepentimiento sólo tiene sentido como jactancia. “Sí, lo hicimos mal, pero a ver, cámbienlo”. Beatriz Paredes dice que no sirvió para nada la golpiza fiscal; el líder del PAN, César Nava, afirmó que el aumento de impuestos no satisfizo a nadie (bueno, no exagere, el Presidente no es un don nadie); y al diputado líder priista, Francisco Rojas, no le tiemblan los verbos y los sujetos aunque sí algo los complementos: “(votamos) aun por encima de costos políticos. Por lo que decidimos, en congruencia con el contenido de nuestros documentos básicos, rechazar el IVA en alimentos y medicinas”. ¿Qué habrá querido decir? ¿Qué son “los costos políticos”? ¿Qué tanto compensa su rechazo del IVA la aprobación de impuestos guillotinadores? No dudamos de los documentos básicos, sobre todo porque a manera del 100% de los ciudadanos, no los conocemos, pero como disculpa parece infantil: “Sí, votamos en contra del costo político que significa votos y prestigio, pero los votos nos llegan por el clientelismo y el prestigio llevamos décadas de no tenerlo, así que se aguantan y se llevan su costo político a otra parte”.

Sigo creyendo que una adecuada represalia de los ciudadanos es la lectura de las declaraciones de los políticos. Y que un ejercicio lógico insustituible es indagar en lo que quisieron decir. Algo se logrará si saben que sus palabras, o las de sus suplentes verbales, son leídas. El temor a Dios comienza en algún lado, y ése puede ser la certeza de que alguien está leyendo los textos explicatorios por encima del hombro de quien los distribuye.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Con su venia, señor presidente

Por: CARLOS MONSIVÁIS

No todos los debates son querellas a gritos o escenas de cinismo en las que el mayoriteo se burla de las reclamaciones y razones de las minorías. Ocasionalmente hay debates interesantes y, si se quiere, además de instructivos ya propios de un país democrático. Esto sucedió en la Cámara de Diputados el 27 de octubre de 2009, a propósito de la despenalización del aborto. Imposible resumir la discusión, y me conformo con momentos culminantes. Inició la contienda Leticia Quezada del PRD: "Una mujer es más que un cuerpo condenado por su biología. Puede reparar el error de un embarazo no deseado, producto de la fragilidad, de un descuido o del error de la violencia... Lamentablemente la problemática nacional vinculada al tema del aborto y la violación de los derechos humanos de las mujeres mexicanas está más vigente que nunca y día a día lacera más a las mujeres mexicanas, con la complicidad del PRI y del PAN en todo el territorio nacional".

A continuación, Ana Estela Durán Rico, del PRI, en contraposición de la postura de la líder nacional Beatriz Paredes, dedicada a lanzar oscuridades cada que se le pregunta sobre el tema, fue contundente en su defensa del Estado laico, agraviado por la campaña de PRI y PAN, y cuestionó: "¿Pueden las mujeres ejercer su derecho a decidir? ¿Tienen la mayoría de edad para asumir responsabilidades? ¿Puede algún diputado, funcionario o gobernante atropellar los derechos de las mujeres? ¿Qué está detrás de esto? ¿Líderes de opinión? ¿Relaciones de poder? ¿Dictados detrás de las esferas eclesiásticas? ¿Líneas conservadoras recurrentes? ¿Confrontaciones personales? ¿Decisiones individuales producto de convicciones o creencias, o simplemente una confusión prohijada que ha distorsionado el verdadero debate pretendiendo que es un conflicto entre quienes defienden la vida y quienes pretenden apoyar a la muerte?".

Ifigenia Martínez, del PT, fue también precisa: "México es un Estado laico; garanticemos decidir que llevar a término un embarazo debe ser reconocido como derecho sólo de las mujeres. No somos objetos, somos seres humanos y exigimos derechos plenos en todo el país". A la defensa de una panista de la penalización del aborto, Porfirio Muñoz Ledo, del PT, contesta: "El concepto de derecho a la vida que acaba de ser esbozado corresponde a una definición religiosa, no a una definición del derecho público. El derecho público es muy claro y cuando se cita la Constitución debe, en primer lugar, citarse el artículo primero. Todo individuo gozará de las garantías que esta Constitución consagra... En el proyecto de reformas al Título Primero, habíamos propuesto 'toda persona'. En dado caso sólo la ley puede determinar cuándo alguien es individuo. No hay ninguna rama del derecho que determine que el individuo existe antes del nacimiento".

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Paz Gutiérrez Cortina, del PAN: "Es hoy cuando lo natural adquiere especial relevancia ante la necesidad de proteger el medio ambiente, nuestras especies animales y conservar los recursos naturales, es hoy cuando se cuestiona la preservación de la vida humana en gestación. Se protege a las ballenas, a las tortugas y sus huevos; pero se cuestiona la existencia de humanidad en el embrión desde el momento de la concepción". Responde Muñoz Ledo: "La muy respetable compañera ha dicho que protegemos a los huevos, me refiero a los huevos en su acepción original; ojalá y aquí también se respetaran. Está confundiendo a los ovíparos con los mamíferos, señora. Un huevo por definición, de gallina o de tortuga, está fuera del cuerpo de la madre, ya no tiene que ver con la entidad de la madre. Se establece la heteronimia de cuerpos y no todos los huevos se protegen; puede llegar a haber especies perniciosas. Supongamos que nos encontramos con huevos de dragones o huevos de esos animales que son mortíferos para la humanidad. Tendría que haber una definición. Tratándose de los seres mamíferos, el producto está vinculado al cuerpo de la madre, es parte de él, independientemente de que vaya adquiriendo una personalidad biológica propia, y es la ley y sólo la ley la que debe establecer cuál es el solvento".

La discusión es larga, y por una vez colmada de razones o de lo que se piensa que son argumentos contundentes. Muñoz Ledo es brillante: "El oscurantismo es una reducción del pensamiento científico y del proceso educativo. ¿Durante cuánto tiempo quienes piensan como usted combatieron las ideas de Darwin, porque estaba en la Biblia la historia de Adán y Eva? ¿Qué sostuvieron contra Galileo, contra Copérnico? Tuvieron siempre científicos alquilones para ocultar una verdad que ahora se ha vuelto universal". El diputado Gerardo Fernández Noroña remite a hechos recientes: "Le recuerdo que alguna autoridad municipal (las educativas en León, Guanajuato, que incineraron libros de textos de Biología del primer año de secundaria de la SEP) quemó libros de biología, porque enseñaban educación sexual. ¿Eso es una posición correcta? No. ¿Es una posición científica? No. ¿Es una posición a favor del conocimiento? No. Es una posición retrógrada".

El panista Francisco Javier Salazar se enreda con los argumentos del ADN y resuelve la duda de los oyentes con su experiencia personal: "Termino con una anécdota personal. Hace poco más de un año me mostró mi hija una fotografía de ultrasonido de mi nieta de 11 semanas. Señores, de veras, se los digo con sinceridad, esa foto de ultrasonido la tengo en mi álbum de fotografías más queridas. Es un bebé; es un bebé con sus pies, su cabeza, sus manos, su corazón. Es un bebé. Si alguien quisiera matar a ese bebé, ¿por favor?, contaría con mi absoluto rechazo y mi absoluta reprobación". Contesta Fernández Noroña: "Si para usted un bebé es el producto, es un problema de su confusión, de su desconocimiento del lenguaje, de la biología, de una discusión filosófica muy profunda y de su concepción religiosa. Si usted cree en la Divina Providencia, puede creer en cualquier cosa, pero no tiene por qué imponérselo a toda una sociedad, que es un Estado laico. Yo soy también profundamente respetuoso de las percepciones que cada quien tenga, pero no tienen por qué imponérselas a las demás personas... Vea el diccionario de la Real Academia Española, vea lo que dice bebé y me dice si se considera bebé a un producto entre uno y nueve meses. La definición exacta es niño de pecho. Quiero que me explique cómo puede ser un producto niño de pecho".

El debate es largo y, por supuesto, cada quien sale provisto de las convicciones que ya llevaba. Sin embargo, se deja leer con fluidez y es en verdad interesante. La prensa, la radio y la televisión lo ignoran por completo.

El Movimiento Revolucionario del Magisterio

En 1956 inicia el Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM), muy importante factor en la demanda de independencia sindical. Al negociar los líderes del SNTE un incremento salarial que llega a la mitad de la demanda inicial, Othón Salazar, maestro normalista de Guerrero, convoca a un mitin de protesta. Poco después, una asamblea independiente lo elige representante de lo que será el MRM, constituido a fines de 1957, ya muy presente en las primarias del DF. Dan comienzo las marchas y se reprime la del 12 de abril de 1958. El 30 de abril los maestros toman las oficinas de la SEP y obligan al Gobierno a negociar.

En un manifiesto de 1958 los profesores argumentan: "De acuerdo con las cifras oficiales, en julio de 1956 ganábamos el 14% menos que en 1939, en tanto que en marzo de 1958 la diferencia es más de 35%". Concluyen:

"Esta situación que señalamos sólo ha conducido a que los maestros resintamos los perjuicios consiguientes en nuestra salud y en la de nuestros familiares, carezcamos de la posibilidad de educar a los hijos y a que desmerezca nuestra capacidad profesional. Tal estado de cosas exige que le pongamos punto final mediante nuestra lucha unida y combativa. Proponemos a todos los maestros de primaria luchar por:

A) Elevación del sueldo nominal a mil 200 pesos;

B) Sueldo móvil al ritmo del alza de los precios;

C) Jubilación a los 30 años de servicio sin límite de edad, con el último sueldo y extensión de los aumentos a los pensionados;

D) Servicio médico extensivo a los familiares del maestro, con pago íntegro de medicinas;

E) Escalafón que considere la antigüedad y méritos del maestro, elección democrática de las comisiones de escalafón;

F) Pasajes de los maestros en general".

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Estas demandas no informan de una lucha por modernizar, sino del paso previo; evitar que se profundice el anacronismo de los profesores, devolverse siquiera al nivel de 1939. Othón es un "líder natural", y disciplinan su entusiasmo, su cordialidad y sus obsesiones. Inmerso en la organización del profesorado, opuesto a los que usan el lenguaje político sólo como vehículo del ascenso y la rapacidad. Él convive y anima a los que nunca serán oportunistas, los fieles al compromiso del cardenismo, los convencidos de su lugar (humilde, irrenunciable) en la lucha de clases.

El MRM obtiene la adhesión de numerosas maestras, las relegadas por el machismo de los radicales y que son, sin embargo, las más entusiastas, las hacedoras de comida en los plantones, las que se enfrentan a policías, granaderos y agentes judiciales (valentía de género). Son ellas el contingente que, apenas representado en los puestos de dirección (relegamiento de género), aporta la militancia más constante. Las distingue la esperanza en la independencia sindical, la lucha por el aumento salarial como recuperación de la vida cotidiana, el hartazgo ante las depredaciones sindicales.

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En agosto de 1958, en un congreso paralelo al del SNTE, los maestros de la Ciudad de México eligen a Othón como su legítimo representante, pero ante este gesto de autonomía sindical la posición del Gobierno se endurece. Se reprime la manifestación del 8 de septiembre y se detiene a Othón en su casa, donde se le amarra y venda. Se le somete a violentos interrogatorios y se le exige que confiese: "¿Cuántos rublos recibes de la Unión Soviética?". Se le mantiene secuestrado nueve días antes de procesarlo. Acusado de disolución social, se le encierra en Lecumberri, pero, gracias a las grandes movilizaciones por su libertad, permaneció allí sólo tres días.

En 1958, las movilizaciones de telegrafistas, petroleros, ferrocarrileros y profesores conmueven al país o, más bien, a la parte del país que se deja conmover en un medio de intensa desinformación. Las luchas se originan en demandas económicas y en exigencia de democracia sindical. Con dureza caciquil, el Gobierno vence sin problemas a movimientos pacíficos, aunque no doblega a los participantes, empeñados en mantener vivas las causas populares.

Othón Salazar y el MRM se oponen a la devaluación de la imagen magisterial. El empeño es un tanto inútil. A los maestros de las misiones rurales y a los militantes del cardenismo los sustituyen los que primero a la fuerza y luego por inercia se amoldan a las ordenanzas de la vida institucional. En la nueva imagen, los maestros son semiprofesionistas, sin derechos políticos ajenos al cumplimiento de las tareas electorales del PRI, sin opciones de transformación académica, sólo dueños de la información parcial que un comité seleccionó en su beneficio. Por eso, la lucha de la Sección 9 de 1956-1960 se libra contra la reducción del magisterio a un sector informe, que transmite con mnemotecnia vacilante lo indispensable: izar la bandera algunos días del año, asistir a festivales tristísimos y promover el voto por quienes les digan. Esto, en la capital; en el resto del país, la función de los maestros es distinta, y en los pueblos son, con frecuencia, líderes naturales. Por eso, el PRI se empeña en hacer de ellos su base persuasiva.

* * *

El MRM es notable por las lealtades que suscita y se mantiene. Hay entrega, confianza en que el adversario no reprima como ellos aseguran (es melancólico: los movimientos de oposición describen de modo preciso la represión y no creen en ella). Si en el MRM intervienen los comunistas, la suya no es sin embargo una movilización doctrinaria. ¿Para qué predicar la lucha de clases si se puede ejercerla? Están allí las discusiones sectarias y el balbuceo de las divulgaciones marxistas, pero lo primordial es el combate contra la desigualdad. Estos -los de los maestros, los ferrocarrileros, los petroleros, los electricistas- son movimientos regidos por el espíritu colectivo.

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Othón continúa su lucha en el magisterio y en 1960 participó en otra huelga en la Escuela Nacional de Maestros. La toma de la Normal por la corriente democrática de la Sección 9 del SNTE es violentamente reprimida en agosto, y como última represalia Othón Salazar es cesado y hasta su muerte en 2008 no obtiene la reparación de la injusticia.

domingo, 11 de octubre de 2009

"Si no me tienen miedo, ya córtenla"

Por: CARLOS MONSIVÁIS

Se solicitan empleadores con referencias

Ante la composición y las acciones del Poder Legislativo, el Judicial y el Gabinete (nótese el respeto a la investidura), descarto la admiración y doy sitio a las preguntas: ¿qué saben hacer y dónde lo aprendieron? ¿Qué saben deshacer y por qué eso les funciona tan bien? Son, sin duda, ocupantes de puestos magníficamente bien remunerados, tramitadores de aumento salarial de esos puestos, propietarios de un idioma que desafía el entendimiento y por el que cobran tiempo extra, paracaidistas del ascenso, profesionales del nomadismo ideológico, corredores especializados en entregarse la estafeta a sí mismos, magistrados que leen las leyes al revés como entrenamiento para cuando tienen que explicar una decisión. O, también, y esto es muy frecuente, son creyentes devotos en que la creencia exhibida contra las leyes del Estado laico es la única universidad que cuenta: “Si rezo al que se debe, cobro aparte”. Son los miembros de la clase subalterna en el poder. Algún lejano día, quizá, serán los mandamases. Enumero algunas de sus características:

— Disponibilidad para aceptar cualquier puesto, cerca o lejos de su profesión certificada. Así, para mencionar ejemplos inconcebibles, un abogado puede pertenecer sin rubor alguno al Tribunal Electoral federal, o un economista (pero) de la Secretaría de Hacienda puede aconsejar a los pobres que si van a jugar en la Bolsa inviertan bien sus recursos, o un egresado de la Universidad de la Ilusión puede desafiar al mundo, y a un secre del Trabajo los juicios políticos le pelan los dientes.

— Eliminación de las distancias entre discurso y comportamiento. Se confía el discurso a un lenguaje que acude de tarde en tarde a palabras extraídas del español. Blindarse con la tortura judicial de la sintaxis, enviar el verbo a prisión y al sujeto a reclamar su identidad no es mala táctica. Se admite lo inexorable: es hora de hablar con la verdad, pero con señas. La verdad comprensible se presentará luego, cuando ya no estemos en este valle de lágrimas.

— Eliminación de la capacidad profesional, la que se tenga, tarea que en casi todos los casos se consigue con rapidez. Un funcionario no es ni debe ser un profesionista, por así decirlo, profesional. Eso es del tiempo antiguo; ahora le toca ser nada más un funcionario, ajeno a las destrezas requeridas, para eso tiene a los subalternos inmediatos, y éstos a los asesores, y los asesores manejan un equipo de mercadólogos, y los mercadólogos encabezan ejércitos de grupos focales, y la burocracia continúa hasta que ya nadie cabe en la oficina. Un funcionario no dispone jamás de tiempo para ejercer su oficio inicial; de hecho, no conoce tales cosas como el empleo riguroso de tiempo. Su oficio no es el adivinado en esa Universidad, ni el atisbado en el posgrado en Estados Unidos; su formación genuina ocurre en las tomas de posesión de la cadena de empleos o puestos, y su especialidad consiste en firmar papeles, contestar telefonemas al día (todos de anuncios de Telmex), dictar cartas o e-mails disculpándose por no saber redactar, llevar a juntas y ceremonias con rostro enérgico, inaugurar todo lo inaugurable, develar placas, negarse a los peticionarios y comer con sus iguales, que algunos habrá.

He citado algunas de las especialidades del político, y dejé para lo último la habilidad principal: nunca abandonar la sensación de superioridad. En esto la tradición les heredó “el rostro de presídium”, mirada fija en el cielo o, en su reemplazo, el techo. Ahora, lo más común es la prisa del funcionario que quiere irse para no oír las críticas. Antes, el priista oía sin inmutarse y decía: “Oye l’agua”. Ahora los panistas llaman a Seguridad Pública. Y que se quejen los agraviados a ver qué oídos quedan disponibles.

* * *

Durante siete décadas, los políticos de tiempo completo cumplieron profusamente con su magno deber: dejarse ver en relación a su ejercicio presupuestal. Tanto gastas, tanto te encumbras. No se discute: su proceso formativo profundo no depende de lecturas politológicas ni del conocimiento minucioso de teoría del Estado, de la historia o de la economía, sino de la confusión entre lo circunstancial y lo esencial (lo esencial es lo que no tiene para pagar un lobby). A los políticos a la antigua los sustituyen las energías al garete, fanfarrias grabadas que se implantan con un chip, publicidad televisiva que reemplaza al desvencijado juicio de la historia.

En tiempo del presidencialismo había una norma: si el presidente es el primero de los mexicanos, cada uno de los demás es el último. Eso ya se acabó en casi todas partes, menos en los anuncios.

* * *

¿A quién le importa la pérdida de credibilidad? La clase en las afueras del poder verdadero no se inmuta ante la idea. ¿Qué es la credibilidad? Según ellos, es lo que los demás piensan de uno cuando no tienen algo más que pensar. Ya no hay credibilidad, sólo anuncios subliminales o cínicos en tiempo triple A.

* * *

Al ocurrir la derrota de 2000, los priistas desplazados se lanzan a un mercado de empleo ya de por sí golpeado por esas megacrisis sucesivas que son los gobiernos. Y se ocuparon de oficios como: expertos en relaciones públicas, asesores económicos de primer nivel, expertos en relaciones públicas, abogados penalistas, expertos en relaciones públicas, abogados fiscales avezados en el trato a oscuritas, expertos en relaciones públicas, abogados de la rama laboral, expertos en relaciones... Pero los panistas eran muy incompetentes y su ineptitud encumbraba la ineptitud de los priistas, maniobrera y caciquil.

Y los panistas, en su letargo, también se volvieron publirrelacionistas, los que le vendían el hechizo de la política a las masas y se hacían pasar por embajadores de los contribuyentes ante los contribuyentes mismos. Eligieron las cifras oscuras y las amenazas y dijeron que si lo que ellos ofrecían no se aceptaba, el país languidecería en una tumba sin extremaunción. Se desistió de sacarle provecho al bien común y se pretendió vender acciones de la empresa quebrada que es el Gobierno. ¿Para qué insistir en la República cuando es más sencillo y veraz referirse al mercado? Y los priistas se fueron quedando con las elecciones y los panistas con las agencias de relaciones públicas; el paraíso fraccionable en la hora en que la mercadotecnia es el único lenguaje que aún hablan los funcionarios. “Otros 2 mil millones de pesos en frases significativas: la crisis ya se fue, quedaron sus consecuencias y nunca segundas partes fueron buenas”.

jueves, 8 de octubre de 2009

Autobiografía del honor sacrificado

Por: CARLOS MONSIVÁIS

Si accedí a darle la entrevista —¿me permite que le hable de usted?— es porque los de mi gremio de las magistraturas estamos padeciendo una de las campañas más viciosas que recuerdo, el ataque de la canalla. Y no quieren entender lo obvio: nosotros, los magistrados del Tribunal Electoral sólo escuchamos las consignas del pueblo, que como no sabe hablar nada nos dice. De que nuestras decisiones son justas lo prueba el hecho de que a nadie satisfacen, la incomprensión es nuestro testigo de descargo. Y que no obedecemos consignas es un hecho; atendemos recomendaciones en voz baja, algo muy distinto.

¿Que cómo veo esta andanada de infamias? ¿Qué quiere que le diga? Siempre me cuesta definir la ingratitud; puede ser el olvido de lo secundario para que nadie se acuerde de lo fundamental, o la puñalada por la espalda que se clava en el torso. Pero eso es lo de menos. Lo demás es la aparente inutilidad de tanto sacrificio y entrega de nuestra parte…

Sé que no lo incomodo al referirle mi vida, porque la verdad sí es apasionante y le servirá en su periódico ese libro de título tan excelso, Los fallos del tribunal sólo al mal le caen mal. Dicho sea de paso, qué bueno que usted aceptó nuestro encargo para hacer un libro independiente y crítico, como viudo intelectual del Dstado de Derecho, que lo que sea de cada quien todos son independientes y críticos… Prosigo. Le refería mi historia. No es porque yo lo diga, pero he sido de lo más precoz. A los 12 años ya tenía clara mi meta: dirigir la Suprema Corte, pero sólo con fallos que irritaran a todos. Al respecto, juro que no contribuyó en nada el que mi padre fuese magistrado. Yo siempre he sabido valerme de mí mismo, y lo he ganado todo con el sudor de mis ponencias. No en balde el propio licenciado Colosio (q.e.p.d.) me ponía como ejemplo de la cultura del esfuerzo.

Cuando cumplí 18 se me incorporó a un tribunal colegiado junior. Me sentí feliz; sabía que no designaban a un recomendadazo sino a un joven entregado a su vocación jurídica. Mi padre, que dio una comida de lujo a los que iban a votar ese día, sin ganas de influirlos, me comunicó la noticia y me abrazó: “¡Felicidades, güerco! Ganaste por unanimidad”. Me dio un gustazo. Ganaba nada más sobre la base de mis méritos. En la noche pensé en mi proyecto para el tribunal. ¿Qué podría hacer por México, por el sistema judicial, para las víctimas de la injusticia? Revisé las opciones: ponerme de justiciero, no, porque se acabarían las injusticias, y se le quitaría un rasgo esencial al país. ¿Qué otra ruta? Apoyar una injusticia sí y otra no, tampoco, porque lo salteado se presta a la confusión y en nuestro país sólo es víctima de la injusticia el que ya lo fue monetaria o políticamente. Dos opciones rechazadas. Arrepentirme públicamente de mis votos más escandalosos, ni de broma, porque siempre he sido responsable y una astróloga me dijo que nunca me echara para atrás en mis compromisos secretos porque me daría cáncer.

¿Qué hacer? No pude dormir. Mi destino era inmenso y a los 18 años ya era presidente de un tribunal importantísimo. Y como a las cinco de la mañana hallé la solución. ¡Órale!, grité como el sabio griego. ¡Desde luego! Crearía una nueva meta para los procesos, el molde de sentencias irreprochables que serían el modelo. ¿Y quién debería ser el magistrado que registrara esa fórmula jurídica a su nombre? Aquí nomás Juan Camaney. Si recién llegadito a la mayoría de edad mis merecimientos me habían llevado a ese puestazo, ¿qué éxito me sería ajeno?

La creación del gran ejemplo

Le sigo contando porque lo veo fascinado. También yo lo estoy, y eso que me sé mi historia al dedillo, como que es mía… Esa noche diseñé la estrategia, de manera un tanto rústica, debo reconocerlo, porque entonces no tenía a mi lado expertos en fórmulas jurídicas irreprochables por absolutamente ilegibles. Me dije: “Oye, Junior, ¿cómo vas a construir tu imagen de jurista probo?”. Y hallé una buena respuesta: estudiando donde estudian los Top of the pops, forjando desde la juventud lazos indestructibles. Esa fue y sigue siendo parte de mi filosofía de la vida: “Trata a todos como si fueran tus iguales, una vez que te cerciores de que son tus iguales”.

A la Universidad de la Transparencia la recuerdo como un gran momento de mi vida, y eso que mi vida está hecha de grandes momentos. Allí traté a todos los que ya trataba desde niño (eso es lo bonito de la élite: a todos los que vas conociendo ya los conocías, porque son parientes o hijos de los amigos y socios de los padres, o vecinos, o ya los conocías, y punto). Y afiné mi estilo hasta sentar jurisprudencia. A los que damos rostro y destino a un país ilegal nos queda el aire alivianado del que regala la propina de su trato. Pues le digo, en la Universidad Ixtláhuac frecuenté al hombre que más influyó en mi pensamiento, el entrenador de basket que nos lanzó una frase que cómo me ha servido: “Cuando sientan que no la van a hacer, miéntenle la madre a las circunstancias, y verán”.

También la suerte me contactó con el padre Feliciano Millán Astray, que nos enseñó el desprendimiento cristiano. “Cuando quieras hacer el bien, fírmame un cheque”. Y me hice amigo íntimo del grupo que hoy tiene la ley en sus manos, y es víctima de la incomprensión de la envidia y el rencor. Todo lo hicimos juntos, entramos a los mismos clubes, fuimos a las mismas fiestas, ligamos con las mismas chavas, viajamos a los mismos resorts de verano, nos fuimos de reventón a las mismas discotecas. Nos hubieran tomado por hermanos salvo que nos llevábamos muy bien. En unas vacaciones en Vail, estábamos cenando muy tranquilos, cuando el Bolo Cursilera, El Rey de los Apagones Mentales, como le decían sus novias, nos espetó su proyecto: “¿Por qué no le damos un ejemplo inolvidable a este pueblo de nacos? ¿Por qué no les enseñamos a que se avergüencen de su pin... creencia en la ley?”. La idea me pareció formidable porque ya la tenía desde hace rato. ¡Carajo! Y además, si tomas una decisión nunca la expliques porque se van a creer importantes. Si esperan de ti sólo canalladas, comételas para no defraudarlos; si creen que vas a atenerte a la verdad jurídica, no te conocen y se merecen su frustración.

Hay gente que piensa que no le hemos enseñado debidamente a los nacos. ¡Claro que sí! Estamos convencidos de que hicimos y hacemos bien, y de que el país necesita paradigmas, como dice el padre Estrella, que nos daba clases de Religión Aplicada al Gasto Suntuario. Si todavía hay quienes desconfían de nuestro recto proceder, podemos enjuiciarlos por haber lanzado la bomba atómica en la ciudad de Mitsubischi, y se los probamos.

lunes, 28 de septiembre de 2009

"¡Papá, soy la ponencia que no has querido leer!"

Por: CARLOS MONSIVÁIS
Me llamo Amparo Solís Click y soy hija de madre pospuesta. Entiéndanme: no de madre soltera ni de madre abandonada en el altar, nada tan melodramático, sino simplemente de madre pospuesta, la que ocupa un sitio lejano en las preocupaciones del progenitor. Esto no quiere decir que nuestros padres no se hayan amado; sí lo han hecho, y no han tenido graves enfrentamientos. No, esta no es una queja, déjenme aclarar.
Siempre he creído que una persona crece educada por sus padres o por la madre, y también por la tutela de algunas fotos, no las digitales de ahora, meras impresiones fabricadas para el desvanecimiento, sino bajo la de las fotos como se debe, muy bien impresas, bien enmarcadas, atentas a fomentar la impresión de la personalidad de los retratados, eternamente dignos. Para mi mala fortuna, yo no he tenido fotos que cumplan el papel de tutores y he debido conformarme con la vaga orientación de las instantáneas, siempre ajenas a la consejería espiritual.

Vuelvo a mi experiencia. Mi padre, y este es el trauma de mi vida, no tuvo tiempo para mí. Demasiadas veces, mi madre me ha contado la separación. Todo comenzó cuando yo tenía uno o dos años de edad y al coautor de mis días lo invitaron a sustentar una ponencia en un Encuentro de Buena Voluntad Académica. Por compromiso él aceptó, redactó las páginas necesarias sobre un tema, "Neoliberalismo y destino humano, dos fuerzas complementarias, dos oposiciones salvajes", y las leyó ante el asombro creciente de los asistentes. El resultado: ovación de pie y felicitaciones interminables.

En mis indagaciones, he hablado con el mejor amigo de mi padre en aquella época, hoy investigador consagrado. Al preguntarle sobre el éxito inaudito de mi progenitor, me miró con suavidad paternal y me dijo: "Eres una mujer de gran madurez, por eso te seré franco, como académico, en ensayos o tratados o simples artículos: tu padre era más bien un segundón. Como ponente, y más estrictamente como autor y lector de esa que fue su primera ponencia y que yo he escuchado varias veces, siempre con la misma emoción, era notable. Con él, y no creo exagerada la afirmación, nace la categoría de ponente en su dimensión autónoma y muy creativa. No me acuerdo bien ni del tema ni de las tesis que sustentaba, pero no olvido el énfasis vibrante, la sonoridad de los conceptos, la vibración con que entonaba algunas frases, la técnica que le permitía alcanzar el sueño de los ponentes, que los asistentes se sientan parte del texto leído, es decir, parte de la solución de un problema recién descubierto".

Sigo con mi investigación de hija asombrada. De allí en adelante, el éxito llevó a mi padre de un coloquio a otro, de un simposio al siguiente, de un congreso a los sucesivos. Se integró a esa especie avasalladora, el congresista profesional. De manera que a mi madre le parecía muy curiosa, al final le pedían que leyera la antigua ponencia que, otra vez, provocaba el mismo arrebato. Esto, me aclaró María de los Ángeles Veraza, académica distinguida, no es tan extraño como parece, porque en rigor a la mayoría de los ponentes eméritos les pasa lo mismo (aclaro que la categoría de ponentes eméritos se instauró hace apenas dos años que mi padre fue el primer homenajeado.) Hubo un ponente, del folclor internacional, que leyó un día su paper sobre "México en la conciencia", y de allí se siguió repitiendo exactamente tesis y palabras con mínimas variantes en el título: "Conciencia, la de México", "Sin conciencia no hay México", "La inconsciencia no puede ser mexicana", y así durante 40 años, hasta que murió mientras leía un texto insólito: "México, conciencia, conciencia, México". Lo que también, me aclaró María de los Ángeles, no es insólito. Un número elevado de académicos actúa de modo similar, y nunca publican sus ponencias viajeras por temor de que algún intrépido las lea y eso aminore el efecto de sus intervenciones. Se ha dado el caso inaudito de un académico con tres décadas a horcajadas de su ponencia, que enloqueció y se presentó al Registro Civil para la adopción formal de sus páginas. Gritaba: "¡Esta ponencia no es como mi hija! ¡Es mi hija!". Y la siguió leyendo en su cubículo acolchado en el sanatorio siquiátrico. Tengo una sola foto con mi padre, él y yo y mamá, los tres. Mi personita en la cuna y ellos contemplándome amorosamente. Así nomás. Fue el día en que salió de casa para ir a un Congreso de Semiótica Facilona. Desde entonces ha vivido en los aeropuertos, y el regreso al hogar se le ha dificultado por la irrefrenable explosión de encuentros internacionales. Y mi padre asiste a todo, aferrado a la consigna: no hay que perderse reunión porque, ya se sabe, quien falte a una perderá el ritmo ponencial.

No digo que en todo este tiempo no haya vuelto a casa, pero no me ha tocado verlo porque son visitas fugaces y o no estoy o duermo o mi mamá me ahuyenta antes para no compartirlo. Y todo ha sido leer sus postales o luego sus e-mails desde Singapur o Dakar o San Pedro Sula, o donde se realice el congreso. Una vez mi padre invitó a mi madre a juntarse con él en un simposio sobre Vocablos Prohibidos por Desconocidos, porque tendría dos días libres antes de un congreso muy importante. Se vieron, se abrazaron, se fueron al cuarto, y ella estuvo dos días intensos transcribiendo la ponencia que seis lustros antes había capturado por vez primera.

La curiosidad me subyugó, debería conocerlo. Y me consagré a su persecución. El primer año nada conseguí. O me equivocaba de sala en el encuentro, y, quién lo duda, si uno se equivoca de panel ya nunca lo hallará, o lo confundía con alguien muy parecido, lo abrazaba y besaba ante su desconcierto, o entraba a la reunión, me quedaba dormida de inmediato y al despertar estaba sola. Me desesperé: "Es inútil". Me di una última oportunidad. En Internet vi que mi padre sería el orador principal de un simposio sobre "Amazonas extinguidas dentro de las especies", que tendría lugar en Sydney. Como pude, y no me pidan que describa los métodos, conseguí el dinero y me fui. Con sobornos y amenazas obtuve sitio en la sala donde un admirador más hubiese causado una explosión nuclear. Al anunciar la nube de ovaciones al ponente más famoso del mundo, el éxtasis me llevó al desmayo. Nadie me hizo caso. Es un dogma: en una conferencia en verdad magistral sólo hay un protagonista. Al volver en mí, ya era tarde. Mi padre se había ido a otro simposio en Piedras Negras y percibí con dolor la maldición: nadie, nunca, llega a conocer o tratar a un ponente de prestigio internacional, que sólo tiene tiempo para escribir o revisar ponencias en los aviones y duerme mientras las lee en los congresos.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Consejos a los que gobiernan

Por: CARLOS MONSIVÁIS
CUANDO EL CONTEXTO ESTÁ FUERA DE CONTEXTO

Un político debe aprender lo esencial: el trato con los medios informativos, la estrategia de la respuesta correcta a la pregunta inhóspita o candorosa o francamente malévola. A este respecto, quizá el maestro más adecuado sea un ex alto funcionario, especializado en enfrentar los cuestionarios más abruptos y salir airoso. El ex dignatario recién publicó su tratado De mi paso por la vida pública. Consejos a los que vienen, de 17 mil 200 páginas (versión reducida), del que ofrecemos una primicia.

QUE NUNCA LO SORPRENDAN CON LA FRASE SINCERA O LA VERDAD EN LA MANO

Jamás permita que se le pregunte así nomás. No es conveniente hacerlo porque: a) es falta de respeto para la investidura que se tiene o se ha tenido; b) son ganas de que usted y los lectores o espectadores pierdan el tiempo con un interrogatorio dañino para la moral de la República (todo lo que le molesta a usted daña la moral de la República); c) es de mala educación preguntar con tal de enterarse; d) es de mala educación saber lo que hay que contestar; e) a nadie le gusta que lo interroguen una vez que terminó su educación formal; f) quita la gana de estar a gusto; g) si uno deja que le pregunten sobre su gestión pública, traslada la República al horario triple A. Pongo ejemplos de entrevistas que he resuelto con mi método de disciplina de la elocuencia.

Periodista: ¿Qué dice usted a las acusaciones de que ganó el poder gracias a un magnofraude?

(Consejo: sonría primero con franqueza, mire a la cámara con ojos cándidos, vuelva a sonreír.)

Funcionario (o ex funcionario): Una pregunta muy interesante, amigo mío, que exige una respuesta meditada. Porque el tiempo es el mejor aliado del conocimiento. Es evidente, y lo que le voy a decir no es en modo alguno un agravio para su niñez, es evidente que hoy está usted más al tanto de lo que pasa en el país y en el mundo, que cuando tenía cinco años de edad. ¿Por qué es así? Porque la vida es un proceso, y sólo los que van de un lado a otro, del nacimiento a la muerte, pueden jactarse de haberlo recorrido de pie a pla. ¡Ah, no perdón! Se dice de pie a pa.

(Consejo: en este momento, el periodista intentará desviar el curso de su amena respuesta para preguntarle algo pesado. Atájelo de inmediato.)

Funcionario (o ex): Con todo gusto le respondo porque sé de su seriedad y profesionalismo. Pero antes, y como una cortesía para el público que nos está viendo (o que nos leerá), déjeme decirle: heredé el poder en condiciones tranquilas, pero terribles, y desdichadas, pero institucionales (equilibre siempre las respuestas para que no lo acusen de parcial o de claridoso). En mi periodo de gobierno (si todavía está en funciones, diga simplemente: vivimos en tiempos difíciles, y ninguna pregunta me sorprende, porque sé que todos debemos ganarnos la vida en algo), todo fue exitoso, y aquí está el testimonio de seis periódicos daneses, cuatro de Nigeria y uno de Noruega. Véalos con rapidez, que tengo que devolverlos ya a las respectivas hemerotecas. Todos coinciden en que yo hice (haré) más por mi país que todas las administraciones del siglo XVIII juntas (a estas alturas, muy probablemente los periodistas estén furiosos o desesperados. No dé señales de advertirlos, no los mire, siga con la vista fija en la cámara televisiva o en la grabadora, sonría siempre). Bueno, como le decía, no soy yo quien dice que mi gobierno fue (será) impecable. Lo dicen críticos de la realidad mexicana tan estrictos y tan conocedores como Mbatu Kruamah de Nigeria y Jors Nlfanten de Noruega, ampliamente conocidos en la zona del Bajío por sus análisis de las sanas repercusiones de la guerra cristera en la Edad Media (cuando uno hace estas afirmaciones eruditas, suele desconcertar).

(Consejo: los periodistas van a estar tan exasperados, que conviene ceder un poquito, pero bajo condiciones.)

Periodista: Licenciado, ¿cuál es su responsabilidad en la cadena de macrofraudes que cometieron varios miembros de su familia? ¿Y qué sabía usted al respecto?

(Sonría en forma amable y con un gesto de confianza, algo que descodificado quiera decir: "Lo he contestado tantas veces, que no me explico dónde vivían ustedes".)

Funcionario o ex funcionario: Una pregunta muy pertinente porque la sociedad, la nación y la tribu de las ONG tienen derecho a mi versión. Le diré, confiando en su responsabilidad profesional y en su amor a las instituciones. No sabía nada, absolutamente. Vamos, ni siquiera sabía que yo mismo era miembro de mi familia. En rigor, me enteré cuando salió un reportaje en una revista cuyo nombre no retengo, en la página 26, tercera columna. Decía: "El primo abusadillo". Le pregunté a una persona de confianza: "¿Y éste quién es?". Me dijo: "Es su primo, señor". Y le respondí, así como se lo estoy contando: "¿Cuál primo? Si yo no tengo parientes desde que llegué aquí". Y me contesta: "Es su primo hermano, bueno, lo era antes de que usted tomara posesión". Y nomás comenté: "¡Ah chispiajo!". Y no, se los digo aunque les sea difícil creerme, pero luego les será más fácil, nomás que recuerden que yo siempre he hablado con la verdad, con la neta como dicen los jóvenes, ésos que tanto confían en mí y en las instituciones, en ese orden. Sí, no tenía idea de que mi tal pariente usara mi hombre y mi figura, porque me cuentan que se disfrazaba de mi persona para cometer ilícitos, si es que los cometió, y si es, cosa todavía no probada, que hubo ilícitos en mi temporada de gobierno. Así fue, sólo así fue.

Reportero: ¿Y su secretario particular, que anda prófugo por estar involucrado con el narco? ¿Y lo de los asesinatos? ¿Y...?

(Consejo: hay veces que los preguntones son muy rápidos, y apenas se desanda uno, ya le colocaron temas difíciles. En esos casos, lo adecuado es la estrategia "Al que madruga Dios no lo oye".)

Funcionario (o ex): Le responderé con gusto, ¿y sabe por qué? Porque la confianza entre gobernantes y gobernados es uno de los grandes logros de mi administración. Ustedes han sido testigos de cómo el país entero confió en mí (si hacen gestos de protesta, usted póngale todavía más dulzura a sus palabras). Y confiaron en mí porque el país se ha desarrollado lo suficiente como para dar a la relación de sociedad-gobierno el sello del avance democrático. Se los digo con aprecio: todas las preguntas serán contestadas. Pero a su debido tiempo, que ya vendrá.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Carisma mediático

Por: CARLOS MONSIVÁIS
Preguntas como una guía para evaluar el carisma mediático, el único realmente existente (si uno no la ve en pantalla, la persona no existe). No contestes ahora, no contestes después. Ya es tiempo que las preguntas no te obliguen a nada.

1. Estás, en un auditorio o ante la pantalla, ante un político calificado de inminente, es decir, del que se esperan grandes cosas o, mejor, pequeñas cosas con grandes presupuestos. Entonces:

- ¿Te fijas en sus palabras o estás convencido (convencida) de que un político no habla para decir sino para bendecir?

- En las pláticas con tus amigos, ¿le asignan un valor a sus conceptos?

- ¿Cuando hablas de un político, el que sea, sueles comentar: "¡Qué inteligente es!"? ¿Cuándo fue la última vez que le concediste atención no a las acciones o al fracaso de ellas, sino a las ideas?

- Según varios comentaristas de radio, las mejores ideas se expresan con un buen traje y un mejor perfil. ¿Es esto cierto?

- ¿Qué registras más: la aparición de las imágenes y menciones de un político en la televisión, o la frecuencia con que sus puntos de vista críticos te ayudan a entender el presente?

- ¿Te gustaría que hubiese encuestas en las que se indagara en la popularidad del pensamiento filosófico de un político? Se podría empezar con el presidente de la República.

- Cuando al político se le entrevista, ¿lo que contesta tiene que ver con las preguntas del interlocutor o es parte de un discurso memorizado que ni siquiera se toma la molestia de escuchar?

- ¡Fíjate bien! El político (el presidenciable) está frente a las cámaras y micrófonos y comienza su discurso. Tú te dispones al aprendizaje, ¿cuánto de lo que dice ya lo habías oído o todo te suena a nuevo el único minuto que le prestas atención?

- ¿Te acuerdas de la última vez que exigiste que los políticos fueran inteligentes? ¿Y por qué te fastidiaron las carcajadas de tus amigos?

- Un presidente de la República lúcido y autocrítico es una pica en Flandes. Hasta aquí, bien, ¿pero qué es una pica en Flandes? ¿Qué necesidad hay de metáforas estorbosas cuando todo puede ser sencillo como la vida? Ya no se puede decir "sencillo como el agua" desde que escasea tanto.

2. El carisma, que tantas referencias consigue, es un término inasible o por lo menos tan indefinible como la crisis y la rapidez con que se ha resuelto. Ponte listo, ponte abusado, ponte genial, y responde o cállate lo que quieras:

- ¿El carisma va con el puesto o hay la posibilidad remota de un carisma sin sostén presupuestal?

- Un candidato o un precandidato necesita de varios cuerpos de asesores bien remunerados, con los cuales debe pasar algún tiempo al día o a la semana. Pero si su asesor principal es el espejo, ¿éste recibe salario? (Pregunta metafísica.)

- El carisma, se dice de varios modos, es la cualidad de la persona que consigue la atención unánime en el momento en que entra en una habitación, lanza un discurso o se queda, sin haber hecho nada, aguardando la ovación que llega de inmediato. Si esto es cierto, ¿puede hablarse de un carisma genuino, de un carisma chafa o de un carisma carismático?

- Alguien aparece muchas veces en televisión, sin que venga a cuento, aunque esté en una cuenta, ¿puede hablarse de su carisma, de su capacidad para atraer buenas voluntades nomás porque sí, o de las sospechas de los seres que nunca aceptarán que la excelencia puede estar acompañada de muchísimo dinero, pero no por eso deja de mostrarse dadivosa?

3. Las encuestas son el paraíso del rigor científico. Supongo que ni tú y, desde luego, ni yo hemos encontrado una encuesta de la que sospechemos en lo mínimo. A este respecto, puedes ser sincero y abrirnos tu corazón:

- En la encuesta de la mañana, el político que busca la Presidencia tiene 89% de aprobación directa; en la tarde goza de 94%; en la noche dispone de 99% y ya para la madrugada está cómodamente instalado en 116% de aprobación. ¿Hay algo que te suene raro?

- Las encuestas para 2012, el año que viviremos candorosamente, son lo más parecido a la moda del chip como forma aristotélica de la conciencia. Una reciente da el siguiente resultado: el candidato del PRI tiene 90% de las intenciones de voto; el candidato del PAN tiene 87% de las intenciones del sufragio; el candidato del PRD goza de 80% de las simpatías para las casillas. ¿Crees que alguno de estos datos esté falseado?

- ¿Es verdad como lo es, y por eso es verdad, que en la privacidad de tu fuero íntimo (dos cosas distintas) tú dedicas parte del tiempo a hacer tus propias encuestas sobre tu popularidad, basándote en los métodos estrictamente científicos de las compañías encuestadoras más confiables, y que de esas autoencuestas desprendes, por ejemplo, que 75% de quienes te conocen, incluidos tus padres, desearía haberte conocido antes; 100% de los que no te conocen se arrepentirá por su ignorancia; 60% de los que tú consideras tus mejores amigos, cuando no estás presente, habla bien de ti, incluso muy bien, pero nunca se acuerdan de tu nombre o de tu aspecto; 50% de los que recién te han sido presentados están dispuestos a jurar que desde el momento en que te vieron se dieron cuenta de que tú eras distinto a todos, aunque no saben explicar por qué y están un poco aturdidos ante tu insistencia: "Perdona, ¿a quién te refieres?"?

No tiene la culpa el Diablo

Por: CARLOS MONSIVÁIS

Pape Satan Pape. Satan aleppe

Dante Alighieri

Me doy tregua y no abordo el tema omnipresente: el desmoronamiento del país. Y prefiero un tema que sobrevive porque no sólo han de fracasar las fuerzas del bien.

— En mi tradición teológica el Diablo nunca jugó papel alguno. De niño lo asociaba con estampas de cuentos, reproducciones de Posada, delirios de monaguillos. A ninguno de mis compañeros les oí jamás hablar del demonio, que por lo visto desde hace mucho no forma parte de la cultura urbana. Lo que sí, el adjetivo diabólico calificaba con frecuencia crímenes o, muy de vez en cuando, inteligencias y comportamientos.

— El Diablo como obsesión teológica fue engullido por el cine. No sólo pienso en El exorcista o la interminable serie de La profecía (The omen), en la que el demonio, el Anticristo y la niñez inteligente son una y la misma cosa. Hollywood, desde Intolerancia de Griffith, y el cine europeo con La brujería a través de las edades representan el demonio en forma tan carnavalesca que obstaculizan su influencia sobre la gente. El cine banalizó primero y trituró después a Satán.

— Lo más perdurable del demonio es la leyenda fáustica. Los más incrédulos en algún momento se sienten Fausto, y quieren cambiar su alma por la juventud. Si el demonio no tentó a Jesús, sí tienta y con energía a los millones de Faustos, insatisfechos con la edad y con la falta de una pasión arrebatadora.

— A cambio del demonio, que se extingue en el humor masivo con llamas y tridente y colas y cuernos, el mal se impone como realidad en el siglo XX. Hitler, Stalin, Mao, Pol Pot son sus emanaciones, y al mal no lo desgastan ni el cine ni la novela, ni El silencio de los inocentes. El mal está en la tortura, en la nota roja, en los asesinatos. Lo demoniaco es el museo del mal.

— El Satán que tienta a Job es más un fiscal que valora el alcance de la virtud humana que un ser malo empeñado en destruirlo. Sin embargo, la rebelión de los ángeles, tan bellamente descrita en la pintura de los siglos XVI y XVII, y tan admirablemente grabada por Doré, es uno de los momentos portentosos de la mitología, tanto que es complicado creer en su contenido alegórico. Si esto no sucedió, el mal se empequeñece. ¿Cómo prescindir del sueño de la existencia real de Belcebú, el señor de las moscas? Exclama Darío en Los motivos del lobo: “¿Te ha infundido acaso su rencor eterno Luzbel o Belial?”

— La muerte de Cristo garantiza la victoria final del bien sobre el mal. ¿Pero qué pasa mientras? ¿Tenemos que esperar al fin de los tiempos, a la victoria de la angelología? Recuerdo versículos 8-11:

“Otra vez le pasa el Diablo a un monte muy alto, y le muestra todos los reinos del mundo, y su gloria.

“Y dícele: todo esto te daré si postrado me adorares.

“Entonces Jesús le dice: Vete, Satanás, que escrito está: ‘Al Señor tu Dios adorarás y al Él sólo servirás’.

“El Diablo entonces le dejó, y he aquí los ángeles llegaron y le servían”.

Pero, arguye el ser humano, eso lo hace Jesús porque es Dios, ¿y yo por qué tendría que rechazar la oferta? Y aquí se instala la mercadotecnia de Satán.

— Satán en hebreo es oponerse. La Septuaquinta traduce Satán por diábolos y da origen a la voz diablo. Es el tentador, el impostor, el memorioso, el aspirante original a la inmoralidad. En la tradición judía forma parte de la atmósfera interior. En la cristiana radica en el infierno, el lugar bajo la tierra. Dice el Salmo 109, vers. 6: “Pon sobre él al impío, y Satán está a tu diestra”. Son lo imperdonable, según segunda de Pedro 2:4: “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que habían pecado, sino que habiéndolos despeñado en el infierno con cadenas de oscuridad, los entregó para ser reservados al juicio”. Y en la epístola universal de San Judas Apóstol capítulo 1 (y único) versículo 9 se afirma: “Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando sobre el cuerpo de Moisés, no se atrevió a usar de juicio de maldición contra él, sino que dijo: ‘El Señor te reprenda’”. Y un poco antes San Judas señala las penas carcelarias asignadas a los rebeldes: “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad mas dejaron su habitación, los ha reservado debajo de oscuridad en prisiones eternas hasta el juicio del gran día”.

Y Apocalipsis 12 del 7 al 9:
“Y fue hecha una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lidiaban contra el dragón, y lidiaban el dragón y sus ángeles. Y no prevalecieron, ni su lugar fue más hallado en el cielo. Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, sin serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña a todo el mundo; fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”.

— Según el Corán, el pecado del Demonio fue no inclinarse ante Adán. Para otros, el pecado del Demonio es su transparencia: es una fábula que disimula la existencia del mal, es un lenguaje cifrado de grupos judíos, es una manera antigua de nombrar males neurológicos (en el caso de la posesión).

— Cada vez más, el Demonio es un recurso de las series de terror, más infinitas que el pecado. Es de hecho un género fílmico, algo devaluado por previsible, lo que quizá explique por qué la película de Alberto Isaac, titulada originalmente Viejas jijas del demonio, se llamó al final El rincón de las vírgenes (sobre el cuento “Anacleto Morones” de Juan Rulfo). Pero el salto “dialéctico” se ha dado en la cultura popular y el Demonio, en vez de tentar conciencias, se dedica a sembrar el pánico en butacas y sofás. Si, como reconoció el Vaticano brevemente, el Infierno es en rigor la ausencia de Dios, el Demonio es ya la ausencia de atributos en verdad temibles.

— El genocidio le quitó al Demonio la titularidad del horror y ya nunca más la ha recuperado. Y el sicoanálisis despojó a Mefistófeles de la arrogancia de suponerse el dueño secreto y público de la conciencia. Por un lado, las realidades de la destrucción de lo humano, y por otro, la certeza de que no hay fuerzas del Averno superiores a los desequilibrios y desastres anímicos.

domingo, 23 de agosto de 2009

Cuando el destino se sigue de frente

Por: CARLOS MONSIVÁIS

Anuncio del GDF (agosto 2009)
“Febrero 2010: La CIUDAD puede quedarse SIN AGUA. La Ciudad de México vive la peor sequía en su historia. Sólo queda agua para LOS PRÓXIMOS 6 MESES. No es una advertencia, es una realidad. Ahorrar agua depende de ti. ¿CUÍDALA!”

La distopía, la utopía negativa, es ya la moda, la profecía y el estado de ánimo en el territorio de la ciencia-ficción en cine y literatura. Baste recordar un puñado de películas: Cuando el destino nos alcance, el título inmejorable de Soylent Green, la película de Richard Fleisher sobre la sociedad que canibaliza a sus muertos; El día después de mañana, sobre las catástrofes provocadas por el calentamiento global; La noche de los muertos vivientes, el filme de George A. Romero sobre los cadáveres que emergen destructivos y antropofágicos de las radiaciones nucleares; las decenas de películas donde la humanidad no tiene por qué salvarse; Farenheit 451, la novela de Ray Bradbury y el filme de Francois Truffaut, sobre la persecución de libros y lectores (Farenheit 451 es la temperatura a la que arde el papel); el nuevo ícono, el virus de origen desconocido que llega como nuevo torbellino de fuego a destruir las masificadas Sodoma y Gomorra; los incontables filmes en un futuro donde la única señal de comportamiento humano es la violencia extrema (la saga de Star Wars, con el robot como la conciencia moral y Darth Vader como el villano que le hacía falta a las representaciones anquilosadas del mal), y todas las cintas en donde, al final, sólo queda una pareja entre ruinas, acariciando la posibilidad de poblar de nuevo la tierra; la interminable historia de Terminator, con Sarah Connor, la madre que debe salvar al salvador de la humanidad, John Connor…

Todo es pesadumbre, desconfianza en cualquier forma de progreso que no sea autodestructivo, confianza en que la presente (la generación que está en las salas de cine o atiende el DVD) es la última generación feliz del planeta porque es la última que creyó que el futuro estaba delante, y que el presente aún no se veía devastado. Pero el saqueo del planeta ha cambiado el sitio de la distopía, que ve visiones ambulatorias de un porvenir hecho a imagen y semejanza de la guerra nuclear o bacteriológica a un mañana hereda las consecuencias del presente derruido. La moraleja es obvia: la culpa es del pasado que eliminó el porvenir.

Hay desde luego en la clase política herederos del Cándido de Voltaire, incapaz de concebir algo que lo aleje de la felicidad, así por ejemplo, el presidente Felipe Calderón que el 19 de agosto critica a los que difunden una imagen negativa de México de un país donde prevalece el caos y la inseguridad. “Hablar mal del país es para muchos, no sólo un esfuerzo cotidiano, hasta de eso viven… Hay que hablar con objetividad de las cosas que tiene México, que sí ofrece nuestro país. En la medida en que se multiplique este esfuerzo por mostrar con claridad y seguridad las enormes ventajas que tenemos respecto de otros países y regiones, por mostrar verdaderamente lo que somos capaces es la manera en que se construirá, precisamente, el futuro del país”.

Todo depende de las palabras. Las realidades no cuentan, los pleitos literalmente morales por el agua en las comunidades campesinas, el robo de pipas de agua en Iztapalapa, el énfasis desdeñoso y autoritario del director de Conagua. Esto no existe porque si uno lo dice habla mal de México, un país que florece, magnífico en los informes, y luego no se reconoce en el desastre. Según Calderón, en México prevalece la armonía y la seguridad. Es cosa de hallarlas, de no desesperar, en algún sitio deben encontrarse. Hable bien de México y luego aplauda seis veces seguidas con la vista fija en el Oriente y vendrá el arcoíris y encontrará la olla llena de orden y fin de la violencia.

Hace tres décadas el novelista Frank Herbert dio a conocer Dune, la primera novela de una serie donde el elemento primordial, el objeto de las guerras, el secreto del imperio planetario es el agua, que existe en un planeta contenido en animales inmensos que surgen de la arena (se recomienda no ver las dos atroces versiones fílmicas que vuelven la novela un cuento de hadas, lo que a lo mejor sí es). Dune, filmada en México, corresponde a una literatura distópica cada vez más centrada en el agua, la redención que se aleja. (Ya lo escribió José Gorostiza: “Agua, no huyas de la sed, detente”) A la literatura se han sumado las exhortaciones de los gobiernos del mundo y el llamado a respetar el líquido precioso y siempre lo que imperaba era la indiferencia disimulada, que se conformaba con la emisión de comerciales: “Una gota de agua nos está quitando el sueño”. Y había festivales del agua y declaraciones de tempestad en vaso de agua y así sucesivamente.

De pronto la distopía desde el Gobierno: “La ciudad de México vive la peor sequía en su historia. Sólo queda agua para los próximos seis meses. No es una advertencia, es una realidad”. ¿Y qué pasa ante este aviso escalofriante? Por lo visto, en las redes internas y externas de la sociedad el tema no existe. Ya se beberá cuando se acabe, mientras concentrémonos en la política o en hablar bien de México o en ignorar la gravedad de la sequía. Preocuparse ahora es ya fraccionar la pesadilla, operación neoliberal que todavía no encuentra los empresarios debidos. Alguna solución se encontrará, colonizaremos Júpiter donde el agua abunda o cambiaremos las exigencias anatómicas o veremos la próxima película distópica.