domingo, 20 de septiembre de 2009

Consejos a los que gobiernan

Por: CARLOS MONSIVÁIS
CUANDO EL CONTEXTO ESTÁ FUERA DE CONTEXTO

Un político debe aprender lo esencial: el trato con los medios informativos, la estrategia de la respuesta correcta a la pregunta inhóspita o candorosa o francamente malévola. A este respecto, quizá el maestro más adecuado sea un ex alto funcionario, especializado en enfrentar los cuestionarios más abruptos y salir airoso. El ex dignatario recién publicó su tratado De mi paso por la vida pública. Consejos a los que vienen, de 17 mil 200 páginas (versión reducida), del que ofrecemos una primicia.

QUE NUNCA LO SORPRENDAN CON LA FRASE SINCERA O LA VERDAD EN LA MANO

Jamás permita que se le pregunte así nomás. No es conveniente hacerlo porque: a) es falta de respeto para la investidura que se tiene o se ha tenido; b) son ganas de que usted y los lectores o espectadores pierdan el tiempo con un interrogatorio dañino para la moral de la República (todo lo que le molesta a usted daña la moral de la República); c) es de mala educación preguntar con tal de enterarse; d) es de mala educación saber lo que hay que contestar; e) a nadie le gusta que lo interroguen una vez que terminó su educación formal; f) quita la gana de estar a gusto; g) si uno deja que le pregunten sobre su gestión pública, traslada la República al horario triple A. Pongo ejemplos de entrevistas que he resuelto con mi método de disciplina de la elocuencia.

Periodista: ¿Qué dice usted a las acusaciones de que ganó el poder gracias a un magnofraude?

(Consejo: sonría primero con franqueza, mire a la cámara con ojos cándidos, vuelva a sonreír.)

Funcionario (o ex funcionario): Una pregunta muy interesante, amigo mío, que exige una respuesta meditada. Porque el tiempo es el mejor aliado del conocimiento. Es evidente, y lo que le voy a decir no es en modo alguno un agravio para su niñez, es evidente que hoy está usted más al tanto de lo que pasa en el país y en el mundo, que cuando tenía cinco años de edad. ¿Por qué es así? Porque la vida es un proceso, y sólo los que van de un lado a otro, del nacimiento a la muerte, pueden jactarse de haberlo recorrido de pie a pla. ¡Ah, no perdón! Se dice de pie a pa.

(Consejo: en este momento, el periodista intentará desviar el curso de su amena respuesta para preguntarle algo pesado. Atájelo de inmediato.)

Funcionario (o ex): Con todo gusto le respondo porque sé de su seriedad y profesionalismo. Pero antes, y como una cortesía para el público que nos está viendo (o que nos leerá), déjeme decirle: heredé el poder en condiciones tranquilas, pero terribles, y desdichadas, pero institucionales (equilibre siempre las respuestas para que no lo acusen de parcial o de claridoso). En mi periodo de gobierno (si todavía está en funciones, diga simplemente: vivimos en tiempos difíciles, y ninguna pregunta me sorprende, porque sé que todos debemos ganarnos la vida en algo), todo fue exitoso, y aquí está el testimonio de seis periódicos daneses, cuatro de Nigeria y uno de Noruega. Véalos con rapidez, que tengo que devolverlos ya a las respectivas hemerotecas. Todos coinciden en que yo hice (haré) más por mi país que todas las administraciones del siglo XVIII juntas (a estas alturas, muy probablemente los periodistas estén furiosos o desesperados. No dé señales de advertirlos, no los mire, siga con la vista fija en la cámara televisiva o en la grabadora, sonría siempre). Bueno, como le decía, no soy yo quien dice que mi gobierno fue (será) impecable. Lo dicen críticos de la realidad mexicana tan estrictos y tan conocedores como Mbatu Kruamah de Nigeria y Jors Nlfanten de Noruega, ampliamente conocidos en la zona del Bajío por sus análisis de las sanas repercusiones de la guerra cristera en la Edad Media (cuando uno hace estas afirmaciones eruditas, suele desconcertar).

(Consejo: los periodistas van a estar tan exasperados, que conviene ceder un poquito, pero bajo condiciones.)

Periodista: Licenciado, ¿cuál es su responsabilidad en la cadena de macrofraudes que cometieron varios miembros de su familia? ¿Y qué sabía usted al respecto?

(Sonría en forma amable y con un gesto de confianza, algo que descodificado quiera decir: "Lo he contestado tantas veces, que no me explico dónde vivían ustedes".)

Funcionario o ex funcionario: Una pregunta muy pertinente porque la sociedad, la nación y la tribu de las ONG tienen derecho a mi versión. Le diré, confiando en su responsabilidad profesional y en su amor a las instituciones. No sabía nada, absolutamente. Vamos, ni siquiera sabía que yo mismo era miembro de mi familia. En rigor, me enteré cuando salió un reportaje en una revista cuyo nombre no retengo, en la página 26, tercera columna. Decía: "El primo abusadillo". Le pregunté a una persona de confianza: "¿Y éste quién es?". Me dijo: "Es su primo, señor". Y le respondí, así como se lo estoy contando: "¿Cuál primo? Si yo no tengo parientes desde que llegué aquí". Y me contesta: "Es su primo hermano, bueno, lo era antes de que usted tomara posesión". Y nomás comenté: "¡Ah chispiajo!". Y no, se los digo aunque les sea difícil creerme, pero luego les será más fácil, nomás que recuerden que yo siempre he hablado con la verdad, con la neta como dicen los jóvenes, ésos que tanto confían en mí y en las instituciones, en ese orden. Sí, no tenía idea de que mi tal pariente usara mi hombre y mi figura, porque me cuentan que se disfrazaba de mi persona para cometer ilícitos, si es que los cometió, y si es, cosa todavía no probada, que hubo ilícitos en mi temporada de gobierno. Así fue, sólo así fue.

Reportero: ¿Y su secretario particular, que anda prófugo por estar involucrado con el narco? ¿Y lo de los asesinatos? ¿Y...?

(Consejo: hay veces que los preguntones son muy rápidos, y apenas se desanda uno, ya le colocaron temas difíciles. En esos casos, lo adecuado es la estrategia "Al que madruga Dios no lo oye".)

Funcionario (o ex): Le responderé con gusto, ¿y sabe por qué? Porque la confianza entre gobernantes y gobernados es uno de los grandes logros de mi administración. Ustedes han sido testigos de cómo el país entero confió en mí (si hacen gestos de protesta, usted póngale todavía más dulzura a sus palabras). Y confiaron en mí porque el país se ha desarrollado lo suficiente como para dar a la relación de sociedad-gobierno el sello del avance democrático. Se los digo con aprecio: todas las preguntas serán contestadas. Pero a su debido tiempo, que ya vendrá.

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