domingo, 7 de junio de 2009

La vida es un manual de autoayuda

Por: CARLOS MONSIVÁIS

Los manuales de autoayuda, la aportación más grande a la civilización desde la invención de los principios y los finales, que así aunque parezcan cumplir otros propósitos también son formas de la superación personal. Cito algunos muy recientes.

Escribir best-sellers es una tarea grata que sólo exige tener en mente los índices de venta, la gran preocupación estilística de nuestros días. Eso ha entendido a la perfección el joven Enrique de la Torre, politólogo autor de varios volúmenes sobre teoría de la desocupación forzada en los cementerios (Déjenlos en paz que ya honraron a la patria) y articulista de éxito lleva tiempo queriendo escribir un best-seller, no un libro entiéndanlo, lo que cualquiera puede hacer, sino un best-seller, tarea que requiere dominio de temas que subyuguen, hechicen, fascinen o, si no se puede nada de lo anterior, por lo menos hipnoticen a lo largo de los históricos quince minutos. Hasta el momento, el joven Enrique no ha conseguido su meta, entre otras cosas por no haber sido nunca político en desgracia, ex Presidente de la República, corredor paraolímpico del presupuesto o empresario defraudador. Sí que es difícil atraer lectores cuando lo único que se tiene es grandeza literaria.

El joven E. ha terminado su intento notable de best-seller, Lo grabé mientras dormía, el relato de Fermín Alcántara, un videoasta especializado en grabar a personalidades destacadas mientras se entregan al sueño reparador. Alcántara, describe el joven E. en las escasas novecientas páginas de su documento, está convencido: nadie sabe el bien qué tiene hasta que lo ve dormido. Las personas destacadas, insiste el personaje, sólo revelan su personalidad al dormir, porque las palabras mienten, los gestos de la vigilia adulteran los mensajes, la mirada firme puede tambalear, pero lo que no falla son los movimientos en la etapa onírica. Por eso, y por medio de una serie de conexiones con la delincuencia organizable, Alcántara ha logrado la mayor documentación onírica que se conoce. Allí están, en el momento de rendir las armas de la vida consciente, el Poder Ejecutivo, el Gabinete Presidencial, los Gobernadores, los Ministros de la Suprema Corte de Justicia, los cantantes que saben reconocer un do a simple oído. El resultado es formidable porque en este libro visual que no documento fílmico, los personajes cambian de postura, acarician la almohada como si fuera el poder o la cachondería, adoptan poses fetales y poses fatales, sonríen ante una cámara que no ocurrió, se transmiten secretos en forma gutural, etcétera. Un libro que es tan excepcional que no necesita de impresiones sino de DVD's.

¡Oh dolor! El joven Enrique no ha incluido en su panorama de gestos a los propios del secreto que todos quieren conocer. Un político entrevistado por esta sección comentó: "No grabó a ningún ex Presidente en el momento de comentar sulfúricamente a otro ex Presidente, no sale nadie recibiendo dinero en botes, no se ve a grandes ejecutivos solventando los gastos de un compló contra un candidato presidencial populista, nadie se ciñe la Banda, ni juega a ser el astabandera

LA MISIÓN POR EXCELENCIA: NO DEJAR EN PAZ A LA RESIGNACIÓN QUE NOS HABITA José Arriaga Salmerón, muy probablemente el modelo de pensador laboral de la nueva época, considerado por todos sus confesores como el representante más puro de la Fe en un mundo sin brújula, ha dado a las prensas su más reciente opúsculo, No finjas. Ya te conocí. A ti te hablo. Ve y cumple tu misión (Editorial El Hilo del Rosario. México, 1521-2010), que ya se reparte como otro aliciente en esa ruta de la paz consigo mismo. El libro expresa la gratitud de los trabajadores al generoso aumento de dos pesos en el salario mínimo, un don semejante a la certeza de que nada más el que no trabaja puede rezar sin oportunismo.

Arriaga Salmerón es de la vieja escuela. No cree en la mercadotecnia, ni en los golpes efectistas. Lo suyo es la reflexión que viene desde dentro y no se detiene en el brocal del pozo, para emplear una de sus frases más quisquillosas y retozonas. Empresario generoso y compartido, reparte su sabiduría entre los obreros:

Lector amigo, te voy a contar una de mis experiencias, a ver si te anima. Cuando yo cumplí treinta años, le pedí a mis padres permiso para salir al parque, porque se me antojaba un paseo. Papá Clodomiro y Mamá Ligia Fabiola se me quedaron viendo con alarma. "¿Estás seguro de lo que pides?", me dijeron a dúo. "El diablo tienta a los débiles y a los fuertes por igual. Tú te sientes al frente del control de tu carácter, pero hasta ahora has vivido protegido y sin enfrentarte al Coro de las Cien Diablesas con Zapatos Azules de Tacón Alto, que es el nuevo sinónimo del Maligno. Pero si quieres podemos otorgarte el permiso con una condición: Merécelo". Me pusieron a prueba los siguientes diez años, y al cabo de ese tiempo me llamaron y me informaron: "Hijo nuestro (siempre hablaban en plural), te has ganado el derecho de ir al parque, y puedes llevar a uno de tu y nuestra progenie, a cualquiera de nuestros once nietos."

Lector, esa experiencia de libertad ganada a pulso me conmovió profundamente. Al oír a mis padres supe que en mí había madera de líder, porque ya era digno de la más alta de las misiones: asegurarle a los mozalbetes que en los designios de lo Alto no hay salarios mínimos ni máximos, sólo la satisfacción del deber cumplido. Vivimos en la crisis, que es la continuación del infierno por falta de medios, seamos dignos de la época ofreciendo como dádiva a los demás nuestro sacrificio salarial.

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